domingo, 29 de enero de 2012

Capítulo 13

[Aquella noche, en el hotel...]

{Narra Katie}

Volví a dar una vuelta más en la cama. No podía dormir, y eso que hacía más de dos horas que me había acostado. Pero el hecho de que no dejaba de pensar en lo ocurrido aquel día y que Amy, que dormía a mi lado aquella noche, no paraba de soltar palabras incoherentes durante su sueño, no ayudaba a conciliar el mío.
Me levanté, después de mirar el reloj. Eran las 2:53 am. Caminé hasta la terraza de la habitación. Era bastante amplia, y tenía una pequeña mesa de cristal blanco en el centro, junto con dos sillas de madera. Me senté en una de ellas y me puse a contemplar el cielo de aquella noche, estrellado como nunca antes lo había visto.
Y pensé. Pensé en como había cambiado mi vida de un día para otro. Pensé en la cantidad de gente que había conocido, las emociones fuertes que había vivido. Y finalmente, llegué a la conclusión de que quizás me había precipitado demasiado. Hacerse ilusiones no es recomendable, dijo alguien un día. Y yo había hecho caso omiso a eso. Pero todavía estaba a tiempo de rectificar. De ser realista. Aunque no por ello las cosas tenían que ir a peor. Para nada.

{Narra Lauren}

Me incorporé de golpe, jadeando. Cogí el móvil que reposaba sobre la mesilla de noche y busqué la hora. Las 3:17 am. Muy temprano todavía, pero después de la pesadilla que había tenido, me iba a resultar imposible dormirme de nuevo.
Las imágenes se repetían una y otra vez en mi cabeza. Harry. Caroline. Yo. Risas malévolas. Muecas de asco...
No, para, ya está. Prefiero olvidarlo.
Me levanté y fui hasta el baño. Observé mi rostro en el espejo. Había olvidado quitarme el maquillaje por la noche. Y si le sumabas las enormes ojeras y las bolsas bajo los ojos, el resultado era catastrófico.
Con una parsimonia poco creíble en mí, cogí una toallita desmaquillante y me froté la cara. Necesitaba hacer algo, cualquier cosa, que consiguiera que dejara de pensar en el horrible sueño que había tenido. Pero era difícil, puesto que se acercaba peligrosamente a la realidad.

Cogí otra toallita después de tirar la primera y me senté en una banquetita que había al lado de la ducha. Y pensé. Mucho, quizás más de lo que hubiera pensado en toda mi vida. Y eso era muy extraño en mí.
Decidí no volver a adelantarme a los acontecimientos. Nunca más. A partir de ahora, las cosas iban a ser distintas. Me prometí a mi misma que no volvería a pasarlo mal. Y menos por un chico.

{Narra Claire}

- ¿Por qué, Caitlin? ¿Por qué? - sacudí una vez más el hombro de mi amiga. Esta, por fin despierta, me contestó con un simple gruñido.

Me había pasado toda la noche en vela, dándole vueltas a los múltiples pensamientos y problemas que rondaban por mi mente, que no eran pocos. Nunca lo eran.
Pero a las 3:36 am me cansé. Y decidí que tenía que hablar con alguien.
Caitlin, que dormía a mi lado, fue la afortunada. O no, según diferentes puntos de vista.

- Déjame dormir - gruñó Caitlin, dándome la espalda. Yo no desistí, y continué zarandeándola.

- Por favor, Caitlin, no te despertaría si no fuera una cuestión de vida o muerte - que gran mentira. La despertaría por cualquier cosa - Por favor - insistí.

- Te doy cinco minutos, ni más, ni menos - murmuró ella, incorporándose, y frotándose los ojos. Los abrió como pudo y me miró, con cara de pocos amigos.

Le sonreí y le cogí una mano. Respiré hondo, pensando bien por donde comenzaría a hablar.

- A ver, Caitlin, es que tengo un dilema... - paré durante un par de segundos - Creo que me estoy enamorando de Liam y eso no puede ser, porque...

- ¿¡Qué!? - Cailtin elevó la voz más de la cuenta - O sea, ¿me estás diciendo que me acabas de despertar porque... no sabes si te gusta Liam o no? Buenas noches, Claire - intentó volver a tumbarse en la cama, pero yo se lo impedí.

- No, Caitlin, espera, ¡por favor! - supliqué. ¿Por qué nadie lo veía como algo sumamente importante? - Sólo serán dos minutos.

No le solté la mano. Volví a respirar profundamente.

- Caitlin, creo que me estoy enamorando de él, y eso no es bueno. Vamos a ver, cuando estábamos en España, sabes que era mi favorito, en realidad siempre lo fue. Pero cuando los conocimos... no sé. Algo se removió en mi interior. Su forma de mirarme, de dirigirse a mi, de hablarme... Como si no hubiera otra. Por lo menos para mí es el único. Si lo tengo cerca, no podría fijarme en cualquier otro chico. Es, simplemente, imposible. Pero, al parecer, no es mutuo, porque...

- Porque él tiene novia. Y llevan más de un año juntos. Estarán muy enamorados, ¿no? - Caitlin terminó la frase por mí. Ya se había despejado completamente, por lo que podía pensar con más claridad.

- Si, ese es el problema.

[Unas horas más tarde...]

{Narra Caitlin}

- ¿Estáis listas ya, chicas? Se nos va a hacer tarde - antes de que terminara la frase, Amy ya se encontraba a mi lado, con su habitual sonrisa en el rostro. Las otras tres llegaron detrás de ella. Su sonrisa no era tan amplia, pero al menos se las veía más contentas que al día anterior - ¿Estáis bien, niñas?

- Claro - contestó Katie, ensanchando su sonrisa - Esta noche he tenido mucho tiempo para pensar. Y me muero de ganas de ir a verlos a la firma de discos. Al fin y al cabo, ¡es One Direction, chicas!

Todas nos reímos.

- Yo también estoy mejor. Si Harry prefiere a mujeres que le doblan la edad, bien por él - sonrió Lauren - Además, ayer James me mandó un SMS para preguntarme que qué tal nos lo estábamos pasando...

- ¿¡James te ha mandado un SMS!? ¿Y nos lo dices ahora? - Claire empezó a saltar de la emoción. Lauren había estado enamorada perdidamente de James durante un par de años, pero él siempre la había visto como una buena amiga. Parecía que las cosas iban a cambiar ahora - ¿Y qué le has dicho?

- Que genial, que me lo estaba pasando muy bien y que tener a Harry Styles como guía por Londres era lo mejor - contestó ella, muy seriamente.

- Pero eso... no es verdad - replicó Amy, confundida.

- Lo sé, que sufra un poco - nos guiñó un ojo. Sí, se le veía mucho más contenta.
Y así, entre risas, todas salimos de la habitación.

[Una hora más tarde...]

{Narra Amy}

Y allí estábamos, en la cola, a tan sólo dos o tres fans de que nos tocara subir a la plataforma dónde se encontraban los chicos firmando. Yo, particularmente, estaba muy emocionada. Tenía muchas ganas de ver a Zayn de nuevo, la química que había entre nosotros era muy fuerte, se notaba. Y, la verdad, cada día me gustaba más.

- Chicas, ya nos va a tocar - les dije, excitada - ¿Subo yo primero?

- Aunque te digamos que no, vas a subir primero, así que... - no dejé que Lauren terminara la frase y caminé hasta la mesa donde se encontraban los chicos.

El primero era Niall, al que saludé con una enorme sonrisa. Él me correspondió, preguntándome que qué tal habíamos llegado ayer al hotel. Muy amable.
Después estaba Harry. Sonrió al verme e hizo ademán de buscar a las demás con la mirada. Intercambiamos un par de palabras rápidas, pero no mucho más.
Y el tercero, por fin, era Zayn. Estaba ocupado firmando el disco que le había pasado Harry, por lo que no me había visto.

- Vas happenin'? - le pregunté, con una enorme sonrisa, intentando imitar su acento. Él levantó la cabeza y sonrió automáticamente al verme. Me lo comía enterito, de verdad.

- ¡Amy! No esperaba verte por aquí, pero me alegro de que hayas venido - sin tener que pedírselo yo, se levantó de la silla y me dio un abrazo.

- Tenía que ver a mi DJ preferido - le guiñé un ojo y me reí - Además, vengo a devolverte esto - saqué una bolsa de plástico de mi bolso y la coloqué sobre la mesa - La ropa de ayer, ¿recuerdas?

- Ah, cierto... - parecía decepcionado - Yo también tengo que darte algo que es tuyo, pero no lo tengo aquí. eso significa que tendremos que vernos otro día... - movió la cabeza, intentando aparentar seriedad, pero no pudo, y se echó a reír.

- Eso no será ningún problema, llámame cuando quieras - dije mientras, con un bolígrafo, apuntaba mi número de teléfono en su mano. Le dirigí una última sonrisa y, descaradamente, pasé a saludar a Liam y Louis, que eran los siguientes.

{Narra Katie}

Yo iba después de Amy. Las piernas me temblaban y estaba completamente nerviosa. No sabía como actuar delante de ellos después de lo que había pasado ayer... Aunque lo mejor sería la naturalidad.
Saludé a Niall con una tímida sonrisa. Él también sonrió, pero más abiertamente. Era un cielo.
El siguiente era Harry, quién se levantó y me abrazó. Sus ojos estaban iluminados, supongo que porque pensaba que Lauren no tardaría mucho en aparecer. Yo sabía que, en el fondo, se gustaban mutuamente. Lo sabía.
A Zayn y Liam los saludé con una amplia sonrisa, puesto que ya me encontraba algo más cómoda. Pero la timidez volvió a raudales en cuanto me tocó saludar a Louis. Las piernas me temblaban aún mucho más que antes y noté como mi rostro se coloreaba. No, mierda, odiaba que me pasara eso.

- Hey, ¿qué tal? - en cuanto me vio, una enorme sonrisa se formó en su rostro - Ya os echaba de menos.

- ¿Echarnos de menos? Lo dudo - sonreí, aunque lo decía completamente en serio. Teniendo a Eleanor cerca... - Te he traído algo que es tuyo - Deposité la bolsa que llevaba en la mano sobre la mesa - Ahí dentro también va lo de Lauren.

Louis acercó la mano y cogió la bolsa, para después guardarla detrás de la mesa. Sonrió pícaramente, entrelazó sus manos y me miró.

- Yo también te he traído algo que es tuyo - y dicho esto se levantó poco a poco la camiseta, para después enseñarme que llevaba puesto un sujetador. Mi sujetador. El que yo me había dejado olvidado en su casa tras cambiarme de ropa, puesto que la mía estaba empapada.

Abrí la boca, con incredulidad. Aquel hombre era un caso. Mi cara debía de ser muy cómica puesto que él se rió abiertamente.

- Espérame hasta que termine la firma y te lo devolveré - me guiñó un ojo y continuó firmando discos.Yo, anonadada, me fui. No daba crédito a lo que habían visto mis ojos.

{Narra Claire}

Me tocaba, era mi turno. Respiré profundamente y me acerqué a la mesa. El primero era Niall. Me dijo algo, algo que no pude entender, pero yo asentí con la cabeza. "Claire, tranquilízate, todo saldrá bien" era la única frase que se repetía dentro de mi cabeza.
Harry y Zayn también fueron muy amables conmigo. Y entonces llegó Liam. Me miró, con ese brillo especial que tenían sus ojos, sólo los suyos.

- Qué guapa estás hoy, Claire - me dijo, con una sonrisa de oreja a oreja.

Yo me quedé mirándolo, abriendo mucho los ojos, como una tonta. No me lo podía creer.

- Eh... esto, gracias - me toqueteé nerviosa el pelo - Tú... tú también - ¿Hola? Claire, definitivamente, eres tonta. ¿No se te ocurre nada mejor que decir?

Pero Liam se rió. Al parecer mi nerviosismo se percibía a leguas.

- Por favor, quédate un momento hasta que termine la firma. Quiero decirte algo - me dijo, para después seguir firmando discos. Yo me quedé estupefacta. Aquello era demasiado bonito para ser cierto.
Saludé a Louis con una rápida sonrisa y me fui corriendo de allí.

{Narra Caitlin}

Ya me tocaba, por fin iba a poder ver a Niall otra vez. Me moría por volver a tocar su pelo rubio, escuchar su agradable risa, ver sus ojos, tan azules como el mar... ¿Era esto una obsesión? Probablemente, pero me gustaba.
Caminé hasta la mesa. Sí, él era el primero. Conversaba animadamente con Harry, mientras esperaba a que le llegaran más discos que firmar.
Me coloqué frente a ellos y sonreí. Harry señaló en mi dirección con la cabeza y Niall se volvió, quedando frente a mi. Al principio, sus ojos se iluminaron. Hasta esbozó una pequeña sonrisa. Pero, en un abrir y cerrar de ojos, todo se desvaneció. No me volvió a mirar a la cara en ningún momento y tampoco me dirigió la palabra. Simplemente habló con Harry y después con la fan que se encontraba detrás de mi. Pasó de mi como de la mierda.
¿Por qué, Niall? Ayer me dijiste que no era como las demás, que te gustaría que volviéramos a vernos, para así poder llevarme a Nandos. Todo lo habías dicho con esa preciosa sonrisa que tienes. ¿Dónde quedaba eso ahora? ¿Dónde?

Decepcionada y triste, terminé de pasar el disco por el resto de los chicos y me fui, con la mirada clavada en el suelo.

{Narra Lauren}

Ya está, era la hora. Ya me tocaba. Creo que nunca había estado tan nerviosa en toda mi vida. Y no entendía por qué.
Caminé hasta la mesa y me detuve un par de segundos a hablar con Niall, pero en cuanto Harry me vio, no despegó la mirada de mí ni un segundo.

- Lauren - murmuró, sonriendo.

- Hola Harry - le sonreí a su vez. No quedaba nada de la Lauren del día anterior, ahora tenía muy claro lo que tenía que hacer.

- No sabes la alegría que me supone verte aquí - tras decir esto, comenzó a garabatear unas rápidas palabras en un trozo de papel - Toma, llévale esto al guarda que está a la salida de la plataforma. Avisa a las chicas y dejaros guiar a donde os lleve el señor. Esperadnos allí, trataremos de no tardar mucho.

Yo me quedé mirando a Harry durante unos segundos. ¿Qué querría hacer? Sin decir nada más y sin ni siquiera esperar a que Liam, Louis y Zayn firmaran mi disco, cogí el papel y me fui con las demás, que me esperaban fuera.

- Chicas, me parece que tenemos muchas cosas que contarnos, pero primero seguidme - No les di tiempo ni a que dijeran una sola palabra, puesto que hice que vinieran detrás de mi. Avisté al guardia de seguridad y me acerqué a él, dándole el papel sin decirle una sola palabra.
Él, con desconfianza, me miró de arriba abajo, primero a mi y luego a las demás. Después, nos hizo un gesto con la mano para que le siguiéramos.

Detrás de la plataforma dónde estaban los chicos, había una enorme puerta de color azul. Entramos y nos encontramos en un enorme y largo pasillo oscuro, que parecía no tener fin. El guardia parecía saber perfectamente a donde iba. Pero, ¿y nosotras?

domingo, 22 de enero de 2012

Capítulo 12

[Unos momentos antes, en la cocina...]

{Narra Harry}

Qué poder de seducción tenía aquella mujer. Siempre me pasaba lo mismo, me quedaba colgado de su sonrisa, como si no existiera nada más en el mundo. Y por mucho que intentaba evitarlo, no era capaz, siempre caía en sus redes...

- No tenía nada que hacer, así que decidí venir a comer con vosotros - me dijo ella, después de darme un suave beso en la mejilla - A los chicos no les importará, ¿verdad?

Claro que les importaría. A ellos, Caroline no les caía muy bien. Y además teníamos visita...

- Eh... no, claro que no - dije, sonriendo como un bobo. ¿Por qué nunca era capaz de decirle que no? - El problema es que hoy teníamos otras invitadas a comer...

- No pasa nada, a mi no me molestan - respondió ella rápidamente, sin apartar la sonrisa de su rostro. Dicho esto, se dirigió a la cocina con paso rápido y decidido. Yo la seguí.

- Bueno, veamos que se puede hacer con esto... - dijo para si misma, mientras abría el frigorífico.

- Esto... Caroline - murmuré - Liam ha preparado un pollo asado. No hace falta que te molestes en cocinar nada más...

Ella se dio la vuelta, cerrando el frigorífico y apoyando su espalda en él.

- Mi amor, ¿es que ya has olvidado que soy vegetariana? - preguntó, abriendo mucho los ojos - Bueno, pues en ese caso, da igual. Yo me comeré unas barritas de tofu que he traído - se dirigió al bolso y cogió una. La abrió, sin apartar la mirada de mis ojos.

Después, caminando muy sensualmente, se acercó a mi.

- ¿Quieres probarlas? - preguntó. No me dio tiempo a decir que no, que odiaba el tofu. O, más bien, no quise hacerlo. Su mirada me encandilaba y ella, a muy pocos centímetros de mi rostro, me metía un pedazo de tofu en la boca.

Justo en ese momento, cuando la distancia entre nosotros se acortaba más y más, una voz nos sorprendió. Procedía de la puerta de la cocina. Caroline y yo no respondimos nada. No teníamos palabras. Pero, mientras que mi rostro era de completo arrepentimiento, el de la mujer era de satisfacción. Aunque eso yo no lo sabía.

{Narra Lauren}

Qué tonta había sido. Tonta, por haberme hecho ilusiones. ¿Cómo pude haber pensado que podría llegar a gustarle a Harry Styles? Era una completa locura. Pero, pese a haber imaginado que esto pasaría en cualquier momento, me dolió. Dolía recordar las bonitas palabras que me había dedicado apenas un par de horas antes. ¿Y ahora? Nada. Aunque me estaba bien por haberme hecho ilusiones.

- Na... nada - Harry, nervioso, respondió a la pregunta de Louis. Su rostro estaba realmente marcado por la preocupación.
Miré a Louis. No dejaba de apartar ni un segundo la mirada de Harry, con expresión seria.
Pero Harry me miraba a mi. Me miraba como disculpándose, como pidiéndome perdón. ¿Disculpándose por qué? No había nada por lo que disculparse. Simplemente era culpa mía.
En la sala reinaba un silencio de lo más incómodo, que duró aproximadamente un minuto.

- Hola, encantada, me llamo Katie - esta se acercó a Caroline, rompiendo el hielo, de la forma más amable posible. Pero la aludida, simplemente le miró de arriba a abajo, esbozando una mueca de asco. ¿Pero qué se creía esa? Vaya imbécil...

- Yo soy Lauren - dije, con el tono más borde y cortante que pude, mientras me colocaba a la altura de Katie - ¿Os ayudamos en algo? - pregunté, mientras echaba un vistazo a la mesa. Buscaba cualquier excusa para no encontrarme con la mirada penetrante de Harry.

- Esto... si, Louis y Katie pueden poner la mesa mientras yo voy sacando el pollo del horno. ¿Me ayudas, Lauren? - preguntó el chico, bajo la atenta mirada de la rubia.

- No, será mejor que en eso te ayude Louis. Yo pondré la mesa - y, sin esperar una respuesta, comencé a colocar los platos en la mesa. Justo en ese momento, bajaron todos los demás.

{Narra Liam}

Entré en la cocina después de haber terminado la llamada. La sonrisa de tonto con la que había estado hablando por teléfono se borró en cuánto entré por el umbral de la puerta. Ya estaban todos abajo, pero se respiraba tensión en el ambiente.
No tardé en darme cuenta de que la razón de aquello era Caroline, que estaba allí e intentaba por todos los medios llamar la atención de los chicos. Pero en especial de Harry. Claire, Lauren, Katie, Caitlin y Amy también estaban sentadas ya en la mesa, y no dejaban de intercambiarse miradas muy significativas entre ellas.

Me acerqué a la mesa intentando aparentar tranquilidad y me senté en un sitio libre al lado de Claire.

- Chicos, he estado hablando antes con Danielle. Eleanor y ella vendrán en el postre, para estar un rato con nosotros - comuniqué la noticia a todos los demás y pude comprobar como a Louis se le iluminaba la mirada.

- ¿Eleanor también vendrá? - preguntó, sonriente. Parecía que el enfado del inicio ya se le había pasado.

- Al menos ellas llaman y preguntan... - murmuró Zayn con seriedad, lo suficientemente alto como para que todos le escucháramos. 

- Bueno, me muero de hambre, ¿podemos empezar a comer ya? - Niall parecía el más relajado. Realmente sabía como sacarle el lado positivo a todas las situaciones.

La comida transcurrió bastante tranquila. Katie, Lauren y Claire apenas hablaban, tan sólo respondían con monosílabos. Zayn y Harry también se mantuvieron en silencio todo el rato. Louis, más animado ahora, no dejaba de gastar bromas, haciendo reír a carcajada limpia a Niall y Amy. Los dos acabaron rojos y agarrándose la tripa. Caitlin y yo, por otro lado, intercambiamos algunas palabras con Caroline, simplemente por educación, pero en realidad preferíamos observar a los otros tres.

{Narra Claire}

Si durante la comida no había estado muy animada, en cuanto sonó el timbre de la casa, las cosas fueron a peor. Louis se levantó corriendo de la mesa y abrió la puerta, saludando muy cariñosa y efusivamente a las dos chicas que estaban fuera. 
Eleanor, la más alta, se dejó abrazar por Louis, quién la levantó del suelo y le dio vueltas en el aire. Ella no dejaba de reír ni un momento.
Miré de reojo a Katie, quién a su vez los observaba a ellos, con una sonrisa triste pintada en su rostro.
Pero después me fijé en Danielle, con su pelo rizado suelto y cayéndole por los hombros, que se acercó con una enorme sonrisa a Liam. Éste la abrazó con fuerza y no dejó de sonreír ni un segundo. Giré la cabeza y miré para otro lado. No podía seguir con aquello.

- Bueno, no quisiera interrumpir, pero es que ya es un poco tarde y nosotras tenemos que irnos... - Katie se puso en pie un par de segundos después, provocando que todos se quedaran en silencio de repente y la miraran. Ella se sonrojó y buscó ayuda en nuestras miradas.

- ¿Irnos ya? ¡Pero si es muy pronto todavía! - protestó Amy, que todavía estaba secándose las lágrimas de la risa.

- No, Amy, nos tenemos que ir ya - dijimos Lauren y yo a coro. 

- ¿Y no podríais quedaros un par de horitas más? No hemos tenido tiempo ni de conocernos - dijo Eleanor, muy simpática - Después Danielle y yo os acercaremos a donde nos digáis.

- Lo de conocernos mejor que lo dejemos para otro día, ¿si? - contestó Lauren, cortante. Todas la miramos, con reproche. Eleanor había intentado ser agradable con nosotras - Pero gracias - le sonrió, más amablemente.

Todas nos levantamos de la mesa y nos dirigimos a la puerta, después de unos breves y minutos de palabras de despedida. 

- Esperadme, que os llevo un momento en coche - se ofreció Louis, levantándose también de la mesa, después de acariciar el rostro de Eleanor con cariño.

- No te molestes, pediremos un taxi - Katie le respondió sin mirarle a la cara, esbozando una sonrisa hacia el suelo - Gracias por todo, chicos - y salió de casa.
Las demás nos volvimos a acercar a los chicos, agradeciéndoles el detalle de habernos invitado a comer, pero no queríamos hacer esperar al taxista que ya aguardaba por nosotras en la puerta de casa, así que no tardamos mucho.

- Volveremos a vernos, ¿no? - Liam se acercó a mi, con una sonrisa en su rostro. Yo, aunque lo intenté, no le correspondí.

- ¿Volver a vernos? ¿A nosotras? Somos tus fans... - dije, con inseguridad - Tienes cosas mucho mejores que hacer que quedar con cinco fans. Estoy segura - inconscientemente, dirigí mi mirada a Danielle.
Él se dio cuenta, y borró la sonrisa de su rostro. Pero no dijo nada más.

{Narra Zayn}

Abracé a Amy de última, dándole después un enorme beso en la mejilla.

- Nos veremos pronto, ¿verdad? - sonreí después, mirándola.

- ¿Zayn Malik quiere verme pronto? Oh, dios mío, no me lo puedo creer. Esto es muy fuerte - su interpretación de una fan desesperada me hizo reír. Ella rió después conmigo - Claro que sí, DJ Malik, todavía tienes que enseñarme a hacer mezclas - me guiñó un ojo y se dio la vuelta, dirigiéndose hacia la puerta.

{Narra Niall}

Abracé con fuerza a Caitlin durante unos largos segundos. Después me separé y la miré.

- Recuérdame que la próxima vez que nos veamos tengo que llevarte a comer a Nandos. Estoy seguro de que te encantará - le sonreí. Ella rió.

- Te lo recordaré, no te preocupes - dijo - Pero tendrás que prometerme que habrá una próxima vez, porque te recuerdo que nosotras sólo somos cinco simples fans. Cómo nosotras, o mejores, hay muchas.

- Prometido - respondí, muy serio - Y no sois sólo cinco simples fans, créeme.

{Narra Harry}

Me acerqué a Lauren, que esperaba en la puerta de brazos cruzados después haberse despedido de todos los demás. Menos de mí.

- Lo siento, de verdad - fueron mis únicas palabras.

- ¿Sientes el qué? No hay nada que sentir, Harry - respondió ella, intentando sonreír.

- Siento que me hayas visto así con Caroline. Te prometo que ella no significa nada para mí - insistí yo.

- ¿Y qué? Yo tampoco significo nada, tan sólo soy tu fan. Tu amiga, como mucho. - esa frase me dolió más que cualquier otra cosa que podría haberme dicho. Ella no sabía nada.

jueves, 19 de enero de 2012

Capítulo 11

{Narra Harry}

¿Qué? ¿Otra vez? No, no podía ser... ¿Todavía no se había cansado?
Tras escuchar el tono de voz de Liam, dejé a Lauren en el agua y salí como una exhalación de la piscina. Me acerqué a la cristalera. Allí estaba, con su melena rubia, aquella que me había encandilado desde el primer momento, desde el día en que la conocí. Hace más de un año. Pero las cosas habían cambiado mucho desde entonces, y todo lo que había sentido por ella se había esfumado. O eso creía yo...

- Chicos, ya voy yo a abrir - dije, mudando la expresión de mi rostro a una más seria - Dadle a las chicas algo de ropa para que puedan cambiarse y después bajad a comer - y, sin vestirme ni siquiera, salí de la habitación.

Otro timbrazo más. Bajé por las escaleras como una exhalación. Sabía que continuaría llamando hasta que alguien le abriese, no se cansaría jamás.
Por el camino, cogí una toalla que colgaba de la puerta de una de nuestras habitaciones y me sequé un poco, ya que estaba empapando todo el suelo. Volví a dejarla en su sitio y bajé el último tramo de escaleras, hasta llegar a la puerta principal. El timbre volvió a sonar, una tercera vez, si no había contado mal.

Coloqué la mano en el mango de la puerta. Puse los ojos en blanco cuando el timbre volvió a sonar por cuarta vez. Inspiré profundamente y practiqué una sonrisa, procurando que semejara lo más emocionada posible. Y abrí la puerta.

- ¡Hombre, Caroline! Qué alegría verte - la saludé y sonreí. Y, para mi extrañeza, no tuve que fingir la sonrisa. Esta salió sola, algo que ni yo mismo me esperaba.

[En esos momentos, en la piscina...]

{Narra Lauren}

¿Por qué se había ido así, tan de repente? ¿A qué venían las caras de fastidio de todos los chicos? ¿Qué o quién era ese problema rubio?
Miles de preguntas atormentaban mi cabeza. No podía entender por qué Harry se había ido así, tan rápido, sin ni siquiera mirarme una última vez. Lo cierto es que no le di mucha importancia, era lógico que se hubiera ido tan aprisa, habían llamado a la puerta. Una visita, una noticia, una pregunta de algún vecino... sólo eso. Nada más.
Sólo quedaba yo dentro de la piscina, todos los demás estaban fuera secándose, así que decidí salir yo también.
Los chicos intentaban sonreír, pero sin embargo se les notaba incómodos. Y lo peor era que no sabíamos el por qué.

- Bueno, no sé vosotros pero yo me muero de hambre - dijo Niall, hambriento como de costumbre - ¿Bajamos y nos cambiamos? - propuso, aunque sin esperar respuesta, tomó la mano de Caitlin y ambos salieron de la habitación.

- Venga chicas, yo os prestaré algo de ropa - Louis se acercó a Katie y a mi con una gran sonrisa. Ambas le correspondimos, Katie acompañando su sonrisa con un ligero rubor. Le seguimos hasta llegar a su habitación. Era realmente bonita. Amplia, espaciosa, luminosa y, lo mejor, con un armario enorme.
Katie y yo nos miramos y sonreímos. Sabíamos que la pasión de Lou era ir de compras, y sólo había que ver su armario para dar fe de ello.

El chico comenzó a sacar miles de camisetas, pantalones y sudaderas de su armario, mientras las colocaba sobre la cama. Sólo tardó un par de minutos en formar una montaña de ropa sobre la cama. Después, sonriendo con picardía, nos miró.

- ¿Escogéis vosotras o escojo yo? - nos preguntó. Seguro que algo tenía en mente, conociéndolo...
Katie se rió, intentando aparentar tranquilidad.

- Sorpréndenos - dijo, sonriendo.

Louis levantó una ceja.
- Vosotras lo habéis querido, pero luego no vale rajarse, eh - dijo con aspecto divertido y comenzó a rebuscar entre el montón de ropa.

A mi me dio una camiseta en la que ponía la frase "I love Carrots" y unos boxers flojos. Estos me venían tan grandes que parecía que llevaba shorts. No pude evitar reírme a carcajadas cuando vi mi modelito.
Pero lo peor fue Katie... a ella le dio un mono de deporte, como aquél que había llevado en Factor X (haz click aquí). Su reacción fue primero de sorpresa, abriendo mucho los ojos y la boca. Pero después, le entró un ataque de risa.

- ¿Os gustan vuestros modelitos? - preguntó, aguantando la risa.

- Son ideales - respondimos nosotras a la vez. Dicho esto, nos metimos en el baño de la habitación para cambiarnos, mientras Louis nos esperaba fuera.

{Narra Niall}

- ¿Y este? Este está mejor, ¿no crees? - le dije, sacando otro pantalón de deporte del armario.

- Niall, es perfecto. También lo era el anterior, y el anterior, y así hasta llegar al primero - dijo ella, entre risas - De verdad, no hace falta que te molestes tanto - se acercó a mi y me cogió el pantalón que tenía en la mano. Se lo di, para después llevarme una mano a la nuca, rascándome con cierto nerviosismo.

- ¿Seguro que está bien? Vale, ahora te dejaré sola aquí para que puedas cambiarte con intimidad - le dije, caminando hacia la puerta.

- ¡No! - su voz sonó algo desesperada, pero en el fondo eso me gustó - No... no hace falta, me refiero - se puso colorada y comenzó a tartamudear - Yo entraré en el baño, tu puedes esperarme aquí y luego ya bajamos juntos - me sonrió y, agachando la mirada con nerviosismo, se metió en el baño.

Me acerqué a la cama y me tumbé sobre ella. Resoplé profundamente. ¿Qué me pasaba? ¿Por qué me ponía tan nervioso? Esto no podía ser...

{Narra Liam}

- Tienes muy buen gusto con la ropa, eh - me dijo, con seguridad, mientras echaba un breve y rápido vistazo a mi armario. Acto seguido giró la cabeza y me miró a mi. Tan sólo pasaron unas décimas de segundo para que agachara la mirada, con las mejillas coloradas.

- ¿Qué pasa? - me reí. Siempre que me miraba se sonrojaba o actuaba con timidez. Pero también me decía cosas muy dulces. Era un encanto de chica, la verdad. Y, quieras que no, el rubor constante de sus mejillas me gustaba. Y mucho.

- Nada - murmuró, tras esbozar una breve sonrisa - Voy a ponerme esto - sonrió una última vez y se metió en el baño.

Yo, mientras, me senté en la cama y me puse a ojear unos nuevos SMS que tenía en el móvil. Estaba tan concentrado que ni me di cuenta que, cinco minutos más tarde, Claire se encontraba a mi lado. Se había cepillado el pelo, por lo que le caía liso y ligeramente húmedo por los hombros. Llevaba una camiseta gris que a mi me quedaba ajustada, pero a ella bastante floja, y unos pantalones de deporte negros. Simples. Pero ella estaba guapísima.
Me sonrió.

- ¿Bajamos? - preguntó, con la misma seguridad del principio.

- Eh... si, claro - dije, tartamudeando. La miré mientras se levantaba, y justo en ese momento, el tono de llamada de mi teléfono móvil me sacó de mi ensimismamiento.

- ¿Si? - pregunté, sin ni siquiera detenerme a ver de quién era la llamada entrante. Claire me miró desde la puerta, expectante, esperando a que yo la siguiera para bajar - ¡Ah! Hola Danielle - sonreí, aún sabiendo que ella no podría verme al otro lado del teléfono.

{Narra Amy}

- ¿Y este? ¿Qué tal me queda? - di un par de vueltas sobre mi misma, cual modelo, para que él me diera su opinión.

- Perfecto, como los otros anteriores - dijo Zayn desde la cama, con tono divertido.

- Zayn, si siempre me contestas lo mismo no llegaremos a ningún lado - le reproché, aunque con una sonrisa. Me miré en el enorme espejo que había en una esquina de la habitación - Pero sí, creo que me quedaré con este - eran unas simples bermudas de color rojo junto a una camiseta blanca. Simple, pero, desde mi punto de vista, me quedaban bien.

- Hasta diría que te quedan mejor a ti que a mi - puntualizó Zayn, levantándose de la cama y acercándose a mi - Creo que voy a tener que prestarte ropa más a menudo - me guiñó un ojo.

Yo me eché a reír. Lo tomé después de la mano y salimos de la habitación, en dirección a la cocina.

{Narra Louis}

Las chicas ya se habían terminado de vestir y los tres bajábamos las escaleras, entre risas. Ambas estaban muy graciosas, sobre todo Katie. Pero he de reconocer que el mono no le quedaba nada mal. Me gustaba...

- No sé como he podido aceptar a vestir esto - dijo ella, una vez recuperada de las risas.

- No te preocupes, estás guapísima - dije sonriendo, pero con sinceridad - Bueno, las dos lo estáis - me rectifiqué.

- Oh, vamos, los dos sabemos que Katie lo está más - Lauren se rió y me guiñó un ojo. Muy lista, la chica...

Los tres entramos en la cocina riéndonos, donde supuestamente nos estaría esperando Harry. Y así era. Aunque el panorama que observamos era bastante distinto del que nos esperábamos.

- Harry... - los tres dejamos de reírnos de golpe, pero sólo yo hablé. Me puse serio - ¿Qué haces? - añadí, molesto.

domingo, 15 de enero de 2012

Capítulo 10

{Narra Katie}

La verdad es que no me lo podía creer. Allí estábamos, con ellos. Íbamos a comer juntos. Con One Direction.
La verdad es que ver a Louis en persona me dejó sin respiración. Él siempre había sido el que más me gustaba de todos, y verlo en persona... era como un sueño hecho realidad. Pero no dejaba de ser mi ídolo, por lo que era algo surrealista.
Después de saludar y de presentarnos a todos los chicos, nos dimos cuenta de algo: no podríamos ir a comer tranquilamente por ahí yendo con ellos, las fans no nos dejarían tranquilos.

- Ya está, tengo una idea - dijo Niall, poniéndose de pie - Lo cierto es que había pensado ir a Nandos, - los chicos pusieron los ojos en blanco, y nosotras nos reímos. Ya todos conocíamos la obsesión de Niall por Nandos - pero creo que es mejor que las lleváramos a la casa de Belgravia. ¿Qué os parece? - preguntó a los chicos.
Estos asintieron, conformes. No sabía muy bien a qué se referían con "la casa de Belgravia", tan sólo tenía entendido de que Belgravia era un barrio de Londres. Uno de los más ricos. Y eso, quieras que no, imponía.

Como el barrio tan sólo quedaba a un par de manzanas de nuestro hotel, decidimos ir andando. Los chicos volvieron a ponerse sus gorros y gafas para camuflarse, e intentar no llamar mucho la atención. 
Y así salimos del hotel. Íbamos todos juntos, en grupo, menos Lauren y Harry, que se adelantaron un poco, ya que éste quería hablar con ella. La chica estaba muy nerviosa, y se le notaba, por sus mejillas coloradas y por sus andares, que ya eran torpes de por sí.

Apenas tardamos diez minutos en llegar a la casa. Bueno, o lo que ellos llamaban casa, porque era tan grande que bien podría ser un edificio comunitario de cuatro plantas, por lo menos.
Harry abrió la puerta, dejando pasar a Lauren primero y los demás la seguimos.

Si el edificio por fuera era ya impresionante, por dentro lo era aún más. En la planta baja estaba la cocina, el salón, una salita de estar y tres habitaciones con sus respectivos baños. En la primera planta había tres habitaciones más, también con baños, y una sala de ensayo donde había diferentes instrumentos musicales. Había una planta más hacia arriba, donde estaba la buhardilla, que tenía, nada más y nada menos, que una enorme piscina interior que ocupaba toda la planta y unas hamacas colocadas bajo una cristalera donde siempre daba el sol. Y por último, en el sótano, había dos coches y una moto. 
Las chicas y yo nos miramos las unas a las otras. Aquello era una mansión, más que una casa. 

Nuestras caras debían de ser muy cómicas, porque los chicos se rieron en cuánto nos vieron. Eran muy agradables, y tenía la sensación de que aquel día iba a ser el mejor de mi vida.

{Narra Lauren}

- ¿Dónde está el baño? - pregunté, después de que nos invitaran a sentarnos en la salita y a tomar un aperitivo antes de comer.

- Entra por esa puerta de la izquierda y ya lo verás en frente - se apresuró a contestarme Harry, mientras servía coca-cola en algunos de los vasos.

Le sonreí a modo de agradecimiento y me levanté.
- Espera, Lau, que voy contigo - Claire se levantó y las dos nos fuimos al baño. Entramos y cerramos la puerta. Claire me miró, con las mejillas sonrojadas por la emoción.

- Lauren, sigo sin poder creérmelo - dijo, con aire soñador, apoyando su espalda contra la puerta - Esto es increíble.
Yo sonreí, mientras abría el grifo para mojarme un poco el cuello. Estaba muy nerviosa y debía relajarme.

- Si, es como un sueño - dije, mientras me daba la vuelta, apoyándome en el lavamanos y secándome con una toalla. Entonces Claire me miró, con gesto pícaro.

- Pero cuéntame primero de qué hablabais Harry y tú, pillina - dijo, guiñándome un ojo.
Yo me reí con nerviosismo.

- Pues... en resumen, me pidió disculpas por lo que había ocurrido en la estación. Al parecer había escuchado mis gritos y se sentía completamente arrepentido. Tampoco quería que continuara pensando que era un idiota. Y..., - tragué saliva. Recordar las palabras textuales con las que se había dirigido a mí me hacía temblar - Y también me dijo que no pudo dejar de pensar en mi después de lo que pasó. Que no sabía si era arrepentimiento o qué, pero que se sentía muy extraño y que hacía tiempo que no le pasaba esto - esa última frase la dije con la voz temblorosa y con una sonrisa de oreja a oreja. Era un sentimiento extraño. Parecido a cuando el chico que te gusta declara sus sentimientos hacia ti. Un momento... ¿es que esto lo era?

La reacción de Claire me lo demostró todo. Comenzó a dar grititos de la emoción, en voz no muy alta, y me abrazó con fuerza. Yo no pude hacer otra cosa que reírme, pero en el fondo, estaba casi tanto o más emocionada que ella. Me separé y le hice un gesto para que se callara.

- Bueno, volvamos con los demás antes de que nos echen demasiado en falta - dije, y abrí la puerta. Las dos salimos del baño, muy contentas. Y por mi cabeza sólo rondaba una misma pregunta, que se repetía una y otra vez: ¿Sería posible que Harry Styles...?

{Narra Louis}

- ¿Que os parece si nos damos un bañito en la piscina antes de comer? - propuso Harry, ya más relajado, más como era él.

- Harreh, pillín, que sé que lo haces para poder verme con poca ropa - contesté yo, mientras me echaba sobre él y le daba besitos en el cuello. Todos se rieron.
Justo en ese momento, Lauren y Claire volvieron a entrar en la sala. Nos miraron con gesto interrogante, pero pronto se echaron a reír con los demás.

- ¿Qué pasa aquí? - preguntó la primera, con tono divertido.

- Nada, sólo que tu Harry se muere por verme en bañador - dije, posando para alguien invisible, como si fuera un supermodelo - Ahora en serio, chicas, ¿os apetece un bañito en la piscina? Yo no me lo pensaría dos veces, no tendréis otra oportunidad para ver a cinco tíos buenorros juntos en bañador... - pregunté, intentando aparentar seriedad.

- Venga, Louis, reconoce que eres tú el que te mueres por vernos a nosotras en bikini - respondió Amy, después de reírse escandalosamente. Todos nos reímos con ella.

- Por mi no hay problema, pero no hemos traído bikini... - comentó Katie, esbozando una sonrisa triste. La miré, y no pude evitar sonreír. Estaba tan guapa cuando sonreía...

- Por eso tampoco hay problema, no os preocupéis. Si no tenéis bikini, nosotros tampoco nos pondremos bañador. Igualdad de condiciones - dijo Zayn, después de guiñarle un ojo a Amy, quién volvió a reír casi tan escandalosamente como antes. 
Las otras chicas se miraron entre ellas, con gesto divertido, pero en seguida negaron con la cabeza.

- Bueno, subamos. Algo se nos ocurrirá - sonrió Liam tranquilizador, que después se puso en pie e hizo un gesto con la cabeza a Claire para que le siguiera. Ésta, y detrás de ella todos, lo seguimos, hasta llegar al piso de arriba. Toda la planta estaba iluminada por el sol procedente de las cristaleras, por lo que hacía bastante calor. Nos acercamos hasta el borde de la piscina. 

- Bueno... ¿y ahora qué? - preguntó Caitlin - Por mucho que queramos, no podemos meternos en el agu... - sus palabras fueron interrumpidas por el chapoteo del agua. Caitlin se había caído a la piscina. "Caído"...

- Oh, que pena que te cayeras - dijo Niall, sobreactuando - Pero, ahora que ya estás mojada, ¿qué mas da? - le guiñó un ojo y con una sonrisa, se tiró al agua y nadó hasta donde ella estaba.
Las otras chicas estaban boquiabiertas, y antes de que les diera tiempo a reaccionar, las tiramos también al agua. Harry a Lauren, Zayn a Amy, Liam a Claire y yo a Katie. Todas salieron a la superficie, unas boqueando, otras tosiendo y otras riéndose a carcajadas.

Liam se metió en el agua por las escaleras y nadó rápidamente hasta Claire para preguntarle si estaba bien. La chica sonrió con nerviosismo, y ambos se miraron a los ojos durante un largo rato, como si no hubiera nadie más. Zayn saltó al agua de cabeza y buceó hasta donde estaba Amy, para después tirarle de los pies y conseguir hundirla. Harry saltó al agua disimuladamente. Se colocó detrás de Lauren y la abrazó por detrás, intentando aplastarla pero sin demasiada fuerza. Esta no paraba de reírse por las cosquillas que el chico le hacía. Entonces yo salté hacia donde estaban ellos.

- Eh tú, que Harold es mío, ¡SÓLO MÍO! - grité, con voz de niña, mientras ayudaba a Harry a hacerle cosquillas. Entonces me di cuenta de que a nuestro lado se hallaba Katie, riéndose de la escenita. La miré a los ojos y comencé a acercarme a ella.

- ¿Qué pasa? ¿Tú también quieres cosquillas? - y sin esperar una respuesta comencé a hacerle cosquillas en la barriga. La chica se revolvió entre mis brazos, sin parar de reír, mientras yo sonreía como un tonto. Me pidió, como pudo, que parara. Y paré, sin borrar la sonrisa de mi rostro.
Katie se dio la vuelta para mirarme a los ojos, mientras me agarraba de las manos. Me sonrió. 

Y justo en ese momento, la voz de Liam me sobresaltó. Claire y él ya habían salido del agua, y estaban compartiendo una toalla, puesto que sólo había cinco. Se habían acercado a la cristalera y miraban hacia abajo.

- Harry, creo que tienes un problema... - dijo, con tono molesto. De pronto sonó el timbre de la casa. Alguien estaba abajo, esperando en la puerta de entrada - Un problema rubio - añadió. 

jueves, 12 de enero de 2012

Capítulo 9

[A la mañana siguiente...]

{Narra Lauren}

Me desperté de golpe, sintiendo más calor del habitual. Notaba que un peso ejercía presión sobre mi cuerpo. La habitación estaba casi a oscuras, aunque gracias a la leve claridad que entraba por las ventanas podía distinguir una figura que descansaba apoyada en mí. Me incorporé como pude, intentando descubrir quién era, a la vez que la apartaba como podía. Pero al parecer, mis movimientos fueron muy bruscos, y el bulto se despertó gruñiendo palabras sin sentido.

- ¿Amy? - pregunté, confundida.
- Buenos días, gatita - contestó ésta, con voz somnolienta. Yo, completamente confundida, la miré. ¿Gatita? ¿Me acababa de llamar gatita? Antes de que pudiera preguntarle a qué venía ese extraño "saludo", se echó a reír - Anoche tuve una pesadilla y como no podía dormir, decidí venirme a tu cama, no te importa, ¿verdad? - pestañeó mucho y muy de seguido. Confirmado, Amy tenía un despertar MUY extraño.
- No me hubiera molestado si no me hubieras despertado, guapa - dije, con un tono un poco cortante. Odiaba que me despertaran mientras dormía. Además, había fastidiado mi sueño, mi maravilloso sueño...
- ¿Perdona? Fuiste tú la que me despertaste a mi, no parabas de decir: "¡Salvad al gatito! ¡Salvádlo!" - y tras decir esto, comenzó a reírse escandalosamente.

Mis mejillas se tornaron encarnadas, y la miré con profundo odio, aunque no pude evitar reírme. Si ella supiera... Luego, le hice una señal para que se callara.
- Todavía son solo las ocho y media, y las demás chicas duermen. Haz el favor de no ser tan escandalosa - le pedí con una sonrisa. Dicho esto me levanté y fui hasta el baño, con el propósito de darme una larga y relajante ducha, que permitiera aclarar mis ideas.
Ayer estábamos en el concierto de One Direction, completamente emocionadas, pensando en que sería el mejor día de todas nuestras vidas... pero, ¿y hoy? ¿No lo era también? Íbamos a ir a comer con ellos, lo cual era una completa locura... Todavía no me lo terminaba de creer.
Me metí en la ducha y dejé que corriera el agua. No tenía prisa, de momento todavía era pronto, y debía relajarme un poco, ya que estaba demasiado nerviosa.

[Unas horas más tarde...]

{Narra Claire}

Un ruido de voces emocionabas me despertó. Las sentía tan chillonas que casi me perforaban el tímpano. Me estiré y me froté los ojos, todavía dormida. Y, cuando los abrí, me encontré a las otras cuatro chicas vestidas, maquilladas y completamente arregladas, hablando en voz más alta de lo normal. ¿Por qué? No lo entendía... ¡Ah, si! Hoy, a las doce, teníamos la comida con los chicos de One Direction. Hoy. A las doce. 
Con un horrible presentimiento, busqué mi móvil en la mesilla de noche y lo encendí. Miré el reloj. Eran las 11:45. A quince minutos de las doce. Sólo quince minutos para ducharme, vestirme y prepararme. Mientras las otras ya estaban vestidas y listas para salir en cualquier momento.
Dirigí mi vista hacia ellas. Si las miradas matasen, ellas, en este preciso momento, estarían más que muertas.

- No me lo puedo creer... ¿¡POR QUÉ NO ME HABÉIS DESPERTADO ANTES!? - bramé, haciéndolas callar. No les di tiempo a responder, porque me levanté corriendo de la cama y entré en el baño, dispuesta a darme una ducha en tiempo récord. Sólo cinco minutos después ya estaba fuera de la ducha, aunque con el pelo mojado. Tardaría una eternidad en secármelo. Las muy... vaya amigas que tenía... ¿acaso pretendían irse sin mi? Las mataba, lo juro.
Salí del baño como una exhalación, envuelta en una toalla, y abrí el armario. Cogí lo primero que vi: unos shorts vaqueros, una blusa verde y unas romanas. Me vestí, bajo la atenta mirada de las otras. 

- ¿Vas a tardar mucho? Porque ya van a ser en punto... - comenzó a decir Lauren.
- Lauren, no hables - me contuve a decirle algo peor - Todo esto es culpa vuestra por no haberme despertado antes.
- Bueno chicas, id bajando vosotras - dijo Katie - Claire y yo bajaremos en cinco minutos. Esperadnos en recepción.

Amy, Caitlin y Lauren nos miraron, inseguras, pero al final salieron por la puerta, sin decir nada más que una breve palabra de despedida.
Yo miré a Katie, que se había sentado en la cama, viendo cómo yo me cepillaba el pelo húmedo.
- ¿Te ayudo a secártelo? - me preguntó, a la vez que cogía el secador, lo ponía en marcha y lo aproximaba a mi cabeza, sin esperar una respuesta por mi parte.
Me encogí de hombros y, sin decir una palabra, dejé que secara mi pelo liso y largo.

{Narra Liam}

A las doce y tres minutos, los cinco entramos por las grandes y modernas puertas del hotel. Íbamos lo más camuflados que podíamos, con gorros, gafas de sol y enormes chaquetas, pese al horrible calor que hacía en la calle. Pero ese era el precio que había que pagar para no ser reconocidos por las fans...
Me quedé pensando. Lo cierto es que no tenía mucho sentido esconderse, puesto que íbamos a comer con unas fans. Era ligeramente contradictorio. Pero todo era por Niall...

Nos dirigimos a la zona izquierda del hall de entrada, justo enfrente de la recepción, donde había unos silloncitos. Nos sentamos a esperar por las chicas. Niall no dejaba de morderse las uñas, estaba verdaderamente nervioso. Harry se retorcía sus rizos una y otra vez. Parecía algo más tranquilo que Niall, pero estaba algo preocupado... quizás por lo que le diría a la chica de la estación. 
Después, giré la cabeza para observar a Zayn y Louis. Tenían la misma actitud de ayer, con el ceño fruncido, los brazos en jarras y sin dejar de refunfuñar cosas por lo bajo.

- Zayn, Louis, ¿podríais aparentar por lo menos que estáis contentos por haber venido hoy? - no pude aguantar más y lo solté. Ellos me miraron, con una ceja levantada y rostro asesino.
- Lo siento, pero no puedo dejar de pensar que esto es una auténtica idiotez - espetó Zayn, frunciendo aún más el ceño.
- Si, y para la próxima vez, queridos amigos, consultadlo con el resto del grupo, que puede que algunos de nosotros no tengamos como prioridad comer con fans locas y desesperadas - terminó Louis, de una forma muy grosera. Todos lo miramos, incluído Zayn. Era muy extraño que Louis hablara de aquella forma... supongo que estaría verdaderamente enfadado.

Iba a contestarle, pero no pude, puesto que tres jovencitas de unos 16 años se acercaron a nosotros. Vale, nos habían reconocido. Así que los disfraces aquellos tampoco valían de mucho...
Pero pronto me di cuenta de que me equivocaba, cuando vi que una de ellas, una chica alta y con el pelo rubio oscuro y liso, se acercaba a Niall sonriendo y le daba dos besos. Parecía muy nerviosa, aunque trataba de ocultarlo. Niall estaba casi tan nervioso como ella, pero tampoco podía dejar de sonreír. 

- Bueno, chicos, os presento a Caitlin - dijo, señalándola. La aludida sonrió tímidamente.
- Un placer, aunque ya os conocía - sus mejillas se volvían cada vez más rojas.
Los cinco, incluídos Zayn y Louis, que parecían algo más relajados, sonreímos con ternura. Al final la cosa no pintaba tan mal...

- Bueno, ya que Caitlin no lo hace, me presento: yo me llamo Amy - dijo otra entre risas, algo más alta que -Caitlin y con el pelo castaño oscuro y largo. Se le notaba bastante segura de si misma - Y ella es Lauren - señaló a la que estaba a su lado, también de pelo castaño oscuro, aunque con los ojos ligeramente rasgados.
Todos nos levantamos y les dimos dos besos. Me fijé en que Harry se puso colorado cuando fue a saludar a Lauren. Y también Zayn, que había dejado a parte su enfado para ir a preguntarle a Amy por qué razón se reía tanto.
Tan sólo Louis y yo seguíamos sentados, el uno junto al otro.

- Las otras chicas bajan ahora, hubo un pequeño percance con el tiempo - Caitlin soltó una carcajada nerviosa, y se volvió para seguir hablando con Niall. ¿Así que había "otras"?
Así era. Había otras. Y esas otras se aproximaban hablando atropelladamente por el hall. Parecían discutir, qué extraño...
Nos buscaron con la mirada y, al reconocernos, sonrieron tímidamente. Volvieron a intercambiar unas palabras, aunque esta vez parecían haber dejado la discusión a un lado. Sonreí mientras se acercaban, y miré a Louis. Pero este no me miró a mi, ya que las observaba embobado. 
Me reí, pero no pude decirle nada, ya que las chicas llegaron hasta nosotros. Una de ellas era alta, con el pelo castaño claro. La otra, algo más bajita. Pero sus mejillas coloradas por la timidez me llamaron la atención. No pude evitar sonreír con ternura.

- Al final va a ser cierto que lo bueno siempre se hace esperar - susurré en el oído de Louis, que todavía miraba a la chica más alta. Pareció reaccionar de golpe y se giró hacia mi.
- Todavía sigo pensando que es una locura hacer esto - dijo, intentando disimular, cosa que se le daba fatal.
Me reí.
- Pues procura que no se te note - le respondí. Sabía que al final acabaría cambiando de opinión, lo sabía.

miércoles, 11 de enero de 2012

Capítulo 8

{Narra Katie}

Allí estaban, a poco más de cuatro metros de nosotras. Tan cerca... pero a la vez tan lejos. La música sonaba de fondo, pero ellos aún no habían empezado a cantar, aunque poco faltaba, y Caitlin aún no había llegado... Miré un momento a mi alrededor, para buscarla entre la multitud, y fue en ese preciso momento cuando una mano se posó sobre mi hombro. Era Caitlin, y la expresión de su rostro era bastante indescifrable.

- Si que has tardado - le reproché yo, aunque con una sonrisa.
- ¿Tanto te llevó fumarte el pitillo? - Lauren se atrevió a preguntar aquello que yo no fui capaz. Lo cierto es que no veía a Caitlin fumando, ella siempre había sido una buena niña... pero bueno, supongo que las personas cambian.
- Si os soy sincera, no estaba fumando - dijo ésta. Ahora si que nos había dejado descolocadas. Liam ya estaba cantando las primeras estrofas de "What makes you beautiful" pero todas miramos a Caitlin, incluída Claire, que adoraba a Liam sobre todas las cosas.
- ¿Y qué hacías entonces? - preguntó ésta última.
- Pues... es que no me vais a creer si os lo digo - dice Caitlin con tono inseguro.
- A ver, Caitlin, suéltalo ya - dijo Amy, instándola. Todas sonreímos por su tono de voz.
- ¿Qué me contestaríais si... - comenzó. Todas la miramos expectantes - si os digo que mañana nos vamos a comer con los chicos de One Direction? - terminó la pregunta de carrerilla.

Las demás nos miramos entre nosotras y, a la vez, nos echamos a reír escandalosamente. ¿Una comida con One Direction? Caitlin era sincera siempre, pero esta vez si que no la íbamos a creer. Porque, ¿quién se cree eso?
- Buena Caitlin, pero canta demasiado - le dijo Lauren mientras le daba un abrazo. Claire estaba seria, con actitud pensativa, y era la única que había dejado de reírse a los pocos segundos.
- ¡Os lo juro chicas! Ves, sabía que no me creeríais... - dijo, con la cabeza gacha. Respiró profundamente y miró hacia el escenario, ya que en aquellos momentos, Niall estaba haciendo un solo. Los ojos le brillaron con más fuerza que nunca y una sonrisita tonta se formó en su rostro. ¿Y si no mentía? ¿Qué había hecho si no ella sola ahí fuera? Además... más o menos Caitlin llegó cuando los chicos salieron al escenario, es decir, sobre la misma hora.

- Caitlin, ¿lo dices en serio? - Claire formuló la pregunta que en aquellos instantes pasaba por mi mente.
- ¡Sí, creedme de verdad! Niall me lo ofreció, como disculpa a el vaso de coca-cola que me tiró y como disculpa a Lauren por lo de la estación. Aunque no me dejó claro quién había sido el culpable al fi... - las palabras de Caitlin fueron interrumpidas por nuestros gritos. Todo era muy surrealista, pero es que ir a comer con los chicos al día siguiente era un notición. Casi gritábamos tanto como las otras fans del concierto.
Caitlin, al darse cuenta, se rió. Todas lo hicimos. Y segundos después, ya teníamos la mirada fija en los chicos, mientras cantábamos con ellos "Moments".

[5 minutos más tarde...]

{Narra Zayn}

- ¿¡Qué!? Estás loco, ¿verdad? - me llevé una mano a la frente, con incredulidad. No me podía creer lo que estaba escuchando.
Habíamos hecho un break en el concierto, de diez minutos, para recuperar un poco nuestras voces. Y Niall había aprovechado para comunicarnos la "maravillosa noticia".
- Niall, la verdad es que yo tampoco lo veo muy sensato... - espetó Louis, con el semblante serio, algo muy extraño en él - Quedar con unas fans para comer, ¿a quién se le ocurre?
- A ver chicos, tampoco es para tanto - dijo Liam, defendiendo a Niall, quién estaba con la cabeza agachada y con aspecto arrepentido - Ya sabéis como es Niall, quiere disculparse en condiciones. Y Harry también.
- Pero vamos a ver, eso es una completa tontería - repliqué yo - Esas chicas seguro que están emocionadas porque sus ídolos les tiraron el bolso al suelo o un vaso de refresco por encima. Tampoco hay que llevarlo al extremo de invitarlas a comer.
- Zayn, no protestes más, por favor - dijo Harry con el ceño fruncido, que hasta ahora había estado callado - Ahora ya no podemos cancelarlo y lo mejor es aceptar las cosas como son. Una horita con ellas, un par de fotos y autógrafos y cada uno a su casa. Nada más - tras decir esto, Harry salió del camerino para dirigirse al escenario de nuevo.
- Gracias por apoyarme, Liam - dijo Niall. Nos fulminó con la mirada a Louis y a mí y después salió detrás de Harry. Liam les siguió.

Ahora solo estábamos Lou y yo en el camerino. Nos miramos y nos encogimos de hombros.
- Esto va a ser un completo desastre - dijo él, con tono fastidiado - ¿Por qué no consultó antes de decidir nada? En ese caso podrían haber ido ellos tres, ya que tantas ganas tienen. Yo me hubiera quedado en casa descansando, tan feliz.
- Yo también, créeme... - contesté. Pero nosotros no éramos conscientes de lo equivocados que estábamos. Ni muchísimo menos.
Todavía un poco molestos, salimos del camerino, dispuestos a darlo todo en el escenario, y olvidar las diferencias con los otros, al menos, hasta el día siguiente.


#}¡Hola! Ante todo, muchas gracias a todos por leer la novela y por los comentarios que me dejáis, tanto por aquí como por twitter. Sólo quería decir que si, ya sé que este capítulo es muy corto, y lo siento, pero es que el poco tiempo que tengo junto a la poca inspiración... no ayuda. Eso si, prometo que el fin de semana subiré más capítulos más largos. Gracias a todos, otra vez :3

lunes, 9 de enero de 2012

Capítulo 7

[Dos horas antes...]

{Narra Niall}


- Oh, vamos, busque otra vez. Sólo sé que se llama Caitlin - comenzaba a impacientarme. ¿Dónde quedaba la rapidez y eficacia de este hotel? - Caitlin. Tendrá unos 16 o 17 años. La vi antes con un grupo de amigas, eran cinco. No creo que haya muchas Caitlin así en el hotel, ¿no?
- El problema no es ese, jovencito - respondió la recepcionista, ya entrada en años, con una parsimonia increíble - El problema es que los datos de nuestros clientes son confidenciales; no podemos entregarlos a niñatos como usted, que a saber que quiere hacer con ellos.

Respiré profundamente y contuve mis ganas de decirle algo. ¿Niñato decía?
- Por favor, señora, sólo necesito su número, SÓLO SU NÚMERO DE MÓVIL - dije, elevando la voz al final de la frase.

La recepcionista me miró de arriba abajo. No terminaba de fiarse de mi, pero al final, cansada, terminó cediendo.
- Que sepas que ese número no te lo ha dado nadie. Lo descubriste tú solito - dicho esto, garabateó una serie de números en un papel y se dio la vuelta, ignorándome, como si no hubiera estado hablando con nadie. Levanté una ceja, incrédulo, pero me encogí de hombros y decidí dejarlo pasar. Ya había conseguido el número, y eso era lo que importaba.

[Ahora]

{Narra Caitlin}

Efectivamente, las puertas se estaban abriendo. La multitud enloquecida no paraba de gritar, y la enorme masa de fans de los chicos comenzó a agolparse junto a la puerta, para conseguir entrar lo antes posible. Y eso era una tontería, ya que al fin y al cabo, cada uno tenía su asiento asignado.
Las chicas se miraron entre sí, nerviosas, deseando entrar de una vez por todas. Pero yo no hacía más que remolonear, intentando quedarme atrás sin que se dieran cuenta, todo por el mensaje. Entonces, ¿de verdad sería él? Tenía que comprobarlo. Lo necesitaba.

Cada vez se iban alejando más y más, hasta que Claire y Katie se dieron cuenta de que me quedaba atrás. Retrocedieron unos pasos hasta llegar a mi altura.

- ¡Venga Caitlin, date prisa! ¿No estás emocionada? - preguntó Claire, dando saltitos de la emoción. Al parecer a la niña tímida y tranquila se la había dejado en casa.
- Em... esto, sí, ahora voy... enseguida estoy con vosotras - dije, por decir. No sabía muy bien que excusa darles para explicarme.
- ¿Qué quieres hacer? Está a punto de empezar el concierto, ¿no es lo que más te apetece ahora? ¿Verlos a ellos? ¿A Niall? - Katie me guiñó un ojo, y las dos se echaron a reír, emocionadas.
- Quiero... fumar - fue lo primero que se me pasó por la cabeza. Me mordí el labio inferior, nerviosa.
Las dos chicas me miraron, sorprendidas.
- ¿Desde cuando fumas? - me preguntó Claire, confusa.
- Es simplemente un pitillo. Para calmar los nervios. Nada más. Iros venga, que ahora voy yo - les sonreí, intentando aparentar tranquilidad. Al parecer, funcionó, y ellas, aunque con desconfianza, se marcharon. Entraron en el edificio y cerraron la puerta tras de sí.
Ya no había nadie, ni un alma. Ahora me tocaba esperar.

{Narra Niall}

Todos los instrumentos estaban ya listos y afinados, y los chicos estaban terminando de calentar sus voces. Quedaba poco para comenzar el concierto, y yo no dejaba de asegurarme si todas las fans habían entrado ya. Necesitaba cinco minutos, sólo cinco. Y el momento era ya.
Dejé la botella de agua que tenía en la mano sobre una mesa y me acerqué a Liam. Era como mi hermano mayor, pese a tener la misma edad que yo, y con él todo lo que le contara estaría seguro.

- Oye tío... tengo que salir un momento - dije, de un tirón. ¿Para qué andarse con rodeos?
- ¿Salir? - Liam me miró, confundido - ¿Salir a dónde?
- Salir. Afuera. Un momento. Cinco minutos. No tardaré más - lo miré, suplicante, sin darle más explicaciones. Dio la impresión de que lo había entendido.
- Cinco minutos, ni más ni menos - dijo con seriedad, pero me guiñó un ojo. Le sonreí a modo de agradecimiento y salí corriendo del camerino.
Corrí por los pasillos, esquivando a unas cuantas personas con agilidad, para, por fin, llegar a la puerta principal. La abrí y salí, corriendo. Allí no había ni un alma. ¿Y si ese número no era el suyo? ¿Y si no quiso esperarme? ¿Y si...?
No me dio tiempo a preguntarme más, porque al mirar hacia mi derecha, la vi. Pelo rubio oscuro y un vestidito de cuadros. Estaba muy guapa. Si, estaba seguro de que era ella. Caminé decidido hacia donde estaba.

{Narra Caitlin}

Miré mi reloj una vez más, impaciente. Ya llevaba diez minutos esperando. Cinco minutos más y me iría. Si es que, menuda tonta, mira que creerme eso del mensaje... seguro que era alguien que simplemente me quería gastar una broma...
Y entonces lo vi. Caminaba hacia mí, con su pelo rubio bien peinado y la ropa del concierto ya puesta. Sonreía. Y me sonreía a mi. Porque no había nadie más por allí cerca.
Lo miré incrédula, hasta que llegó hasta mi. No dije nada, las palabras no salían. Simplemente lo miré, con los ojos muy abiertos. Seguro que parecía una loca. Él se rió.

- Caitlin, ¿verdad? - me preguntó. Yo asentí como una tonta. Rió de nuevo - Yo soy Niall... aunque supongo que ya me conoces - me dio un beso en la mejilla a modo de saludo. Eso me hizo reaccionar. Tosí torpemente y me reí. Vaya, estaba quedando fatal.
- Esto... si, soy Caitlin. Recibí tu mensaje y aquí estoy - dije. Claro, Caitlin, eso es obvio. Si no hubieras recibido el SMS, no estarías ahí. Mira que eres tonta...
- Ya veo, ya... en fin, sólo quería disculparme. No fue intención mía tirarte la coca-cola por encima, de verdad, pero es que un grupo de... locas me seguía y tropecé. Lo siento - se llevó una mano a la cabeza, rascándose la nuca.
- Eh... esto... no pasa nada, de verdad - me reí, como una tonta - No tendrías que haber hecho esto, con el lo siento que me gritaste a lo lejos me bastó - Pero, ¿qué estaba diciendo? Hombre, viéndolo de esa forma si que me bastó, pero todo sea por pasar un rato con Niall... dios mío, es que todavía seguía sin creérmelo.
- ¿Lo escuchaste? Creí que no, con todos los gritos que había... - se rió. Adoraba su risa. Podría escucharla durante horas - Pero bueno, aún así, quiero disculparme en condiciones. Además, tengo entendido que otro de los chicos le debe una disculpa a una amiga tuya, así que... ¿por qué no os venís mañana a comer con nosotros? - me ofreció.
Abrí la boca de par en par, incrédula. ¿Esto estaba pasando de verdad? ¿Niall Horan, de One Direction, estaba invitándome a mi y a mis amigas a comer con ellos al día siguiente?
- Eh... si, claro. No creo que haya ningún problema, las chicas aceptarán - dije. Pues claro que no había ningún problema, las chicas estarán emocionadísimas.
- Perfecto entonces - sonrió, aliviado. Parecía como si se hubiera quitado un peso de encima - Quedamos en la puerta de vuestro hotel a las doce de la mañana, ¿si? Y ahora tengo que irme... no podemos decepcionar a las fans, y además tus amigas estarán esperándote - me guiñó un ojo. Yo asentí con la cabeza, con los ojos brillantes y una sonrisa de tonta.
Niall se acercó y me dio un beso en la mejilla, como despedida.
- Mañana nos vemos, Caitlin - sonrió por última vez y se dio la vuelta, echando a correr hacia el edificio.
- Hasta mañana, ¡y suerte! - grité. Esto último me salió del alma. Niall desapareció por la puerta, y yo me quedé completamente sola.

Podía escuchar el ruido que hacían las fans alborotadas. El concierto estaba a punto de comenzar. Por fin, comencé a andar hacia el edificio. Todavía estaba temblando. ¿De verdad había ocurrido aquello o había sido solo un sueño?
Entré y cerré la puerta detrás de mi. Los chicos ya habían salido al escenario, y estaban saludando al público. De un momento a otro comenzarían a cantar. Pero yo sólo pensaba en lo ocurrido hacía escasos tres minutos, y en todo lo que tendría que contarles a las chicas.

domingo, 8 de enero de 2012

Capítulo 6

{Narra Amy}

Sólo quedaban dos horas para el concierto, nuestra habitación era un caos y nosotras seguíamos sin estar preparadas. Parecía que nada de lo que llevábamos servía para esa noche tan especial. Todas nos habíamos duchado con rapidez, no nos llevó más de tres cuartos de hora. Pero en cuanto a la ropa y el maquillaje... todo eran discusiones y peleas tontas.
Mientras Lauren, Claire y Katie discutían en una esquina de la habitación qué tono de maquillaje les pegaba más con la ropa que llevaban, Caitlin y yo seguíamos revolviendo el montón de camisetas, vestidos, pantalones, faldas y blusas que había sobre nuestra cama. No era fácil encontrar qué ponerse. Cogí una blusa blanca, la primera que me había probado antes de 50 vestidos, 36 faldas y 8 pantalones, contando a ojo.

- ¿Qué te parece esta blusa? - pregunté tras ponérmela, dando una vuelta sobre mi misma, para que Caitlin me viera.
- ¿Esa no es la que te probaste al principio? - preguntó, soltando una carcajada - Si, te queda bien, póntela con los leggins de cuero y los peep toe negros e irás perfecta - sonrió.
- Gracias, de verdad - le sonreí a su vez, terminando de vestirme. Por fin, si que me había costado decidirme. Fui al baño a peinarme. Decidí recoger mi pelo castaño y rebelde en una trenza de lado, ligeramente despeinada. Después me puse sombra de ojos negra y un poco de brillo de labios y listo. Tampoco me gustaba mucho aquello de ir maquillada como un payaso. No era mi estilo.

Salí del baño y me encontré con las otras, que ya estaban listas también. Katie llevaba una camiseta con el logo de superman en el centro, unos shorts vaqueros de talle alto y unas converse negras. Sencilla, pero muy guapa. Claire, muy estilosa, iba con unos pitillo negros, botas mosqueteras y camiseta blanca con bordado en el cuello. Caitlin iba informal, con un vestido de cuadritos entallado en la cintura, y unas bailarinas negras. Y Lauren, por último, llevaba una falda de tubo y una blusa de encaje negra. Añadió el toque de color en sus peep toe, de color verde. Todas estaban impresionantes, la verdad.

- ¡Guau, chicas! Estáis increíbles - alabé, con sinceridad.
- Tú también, tontita - dijo Lauren, sonriendo - Y ahora vamos, no querréis llegar tarde, ¿verdad? - nos guiñó un ojo y salió de la habitación. Las demás la seguimos.

{Narra Caitlin}

Bajamos a la recepción para pedir un taxi, y 10 minutos después, éste ya estaba esperándonos en la puerta. Le dimos la dirección y en poco más de 15 minutos ya habíamos llegado. Nos bajamos del taxi y no pudimos hacer otra cosa que abrir la boca. La entrada al lugar donde se hacía el concierto estaba llena de gente, LLENA. Aquello era una locura. Todo eran gritos, luces de flashes, canciones de One Direction a grito pelado por las escandalosas fans... Las cinco nos miramos entre nosotras, y nos echamos a reír. Aquello si que iba a ser una noche en condiciones, y el resto serían tonterías.

Comenzamos a caminar hacia el enorme grupo de gente, pero el sonido de mi móvil me hizo frenar. Tenía un nuevo SMS. De alguien que no tenía guardado en mi agenda. ¿Quién querría mandarme un SMS en aquellos momentos? Que yo recordara no había dado mi número a nadie en los últimos días...
Intrigada, abrí el mensaje, que decía:

"Al final lo he conseguido, reconozco que me ha costado, pero conseguí que me dieran tu número. Quiero disculparme por el vaso de coca-cola que te tiré antes en la piscina. Cuando todos entren en el edificio para el concierto, tú quédate en la puerta. Prometo no tardar mucho. Un beso, xxx"

Miré a mi alrededor, en busca de la persona que creía que me había mandado ese mensaje. Pero lo único que me encontré fueron los brillantes flashes cegadores de las cámaras y el ruido de las enormes puertas al abrirse.

Capítulo 5

{Narra Claire}

Después de haber estado jugando un rato con Katie y Amy en la piscina, decidí salir del agua, dejándolas a ellas salpicándose la una a la otra. Nada más terminar de subir la escalerilla, tuve que frenar en seco, ya que un enorme grupo de gente corría en dirección a mi encabezados, nada más y nada menos, que por... un momento, no podía ser.
Mi boca se abrió sola de tan asombrada que estaba. Rubio, de ojos claros... y con ese acento. Aquello que estaba viendo no podía ser verdad, no podía ser cierto.
Pero entonces, el grito de Caitlin me sacó de mis pensamientos. Una vez se disolvió un poco el gentío, me acerqué a ella. Miraba anonadada hacía la puerta por donde el grupo acababa de desaparecer. Como extasiada.

- ¿Has visto lo mismo que yo? - pregunté, emocionada.
- Verlo no... pero lo he escuchado - dijo, desviando su mirada hacia la mía - Estoy segura de que ese chico era...
- Niall Horan - terminé por ella. Solté una risita nerviosa, todavía sin poder creérmelo.
- ¡Oh, dios mío! ¡Está aquí, en el hotel! ¡Es Ni...! - comenzó a gritar, pero Lauren le puso una mano en la boca para que no siguiera gritando.
- ¡Cállate Caitlin! - dijo en un susurro, con un tono algo borde - No puedes dejar que todo el mundo se entere, y más aún si no estamos seguras de ello.
- Vale, perdone usted, ¿eh? - replicó Caitlin, frunciendo el ceño, pero estaba demasiado contenta como para enfadarse, así que pronto volvió a sonreír, emocionada.

Me reí. Adoraba cuándo Lauren se ponía borde y se picaba por las cosas más tontas. No lo pude evitar y le di un beso en la mejilla, antes de continuar hablando.

- Bueno, ¿qué os parece si subimos ya a la habitación? - pregunté, a la vez que Katie y Amy salían de la piscina - Así podremos empezar a prepararnos ya para el concierto.
- ¡Pero si quedan seis horas para que empiece! - replicó Amy.
- Pues por eso, ¡que no nos da tiempo chicas! - contesté divertida, y dicho esto, cogí mi toalla y me encaminé hacia la puerta.
El resto de las chicas me siguieron entre risas al contemplar la cara de Amy, que quería quedarse más tiempo en la piscina.

{Narra Caitlin}

Caminamos por la recepción del hotel hacia el ascensor. Cuando éste llegó y se abrieron las puertas, tuvimos que esperar a que tres emocionadas niñas, de unos 13 años, salieran de él. Iban hablando muy alto y atropelladamente, como si algo muy emocionante les acabara de pasar.

- Dios mío, es que no me puedo creer que los haya visto... ¡que me ha firmado un autógrafo! - decía una de ellas, con pelo negro y grandes ojos verdes.
- ¡Y yo me he sacado una foto con ellos! Lo adoro, a él y a su pelo rubio... - decía otra, pelirroja y con la cara llena de pecas.
- ¿Y qué me decís de cuando les dimos la zanahoria gigante de peluche? No olvidaré nunca su reacción, os lo prometo - replicó la tercera, rubia y de ojos azules, con aspecto soñador.

Las niñas continuaban hablando animadamente, a medida que se alejaban de nosotras, pero no entendimos nada más de lo que dijeron.
Subimos al ascensor y nos miramos entre nosotras, cómplices. ¿Sería cierto que...? Si, tenía que serlo. ¿Y si había sido él el que me había tirado el vaso de coca-cola por encima? No podría ser otro, no había otro rubio...
Una sonrisita de tonta se formó en mi rostro y, sumida en mis pensamientos, entré detrás de las otras en la habitación, para cambiarnos dispuestas a vivir el mejor momento de nuestras vidas.

sábado, 7 de enero de 2012

Capítulo 4

{Narra Katie}

Entré con Lauren en el hotel y caminamos hacia el ascensor, donde nos esperaban las otras. Ya habían pedido las llaves de las habitaciones, así que subimos hasta la planta 3, y caminamos por el pasillo derecho hasta la habitación 311-312. Abrimos la puerta y nos encontramos con dos habitaciones comunicadas. En cada una de ellas había tres camas, con sus respectivas mesitas de noche y un baño. Simple, pero eficaz. Perfecto. Caitlin y Amy entraron corriendo en la habitación y saltaron sobre la cama, haciéndose cosquillas la una a la otra, sin parar de reír. Las observé con una sonrisa.

Entonces Claire, la más responsable del grupo, decidió tomar las riendas.

- Vale chicas, vamos a organizarnos. ¿Cómo repartiremos las habitaciones? - preguntó.
- Amy y yo dormiremos contigo, Clairy - dijo Caitlin con voz de niña pequeña, utilizando el mote que Claire más odiaba.

Lauren y yo nos reímos y nos miramos. Parecía que nos tocaría dormir juntas, y eso era genial, ya que éramos mejores amigas. Bueno, en realidad, las cinco lo éramos.
Claire puso los ojos en blanco.

- Está bien, dormiré con vosotras, pero como no me dejéis dormir o vuestra ropa esté toda tirada por el suelo... me cambio de habitación - amenazó, intentando contener la risa.

Todas nos reímos con ella, pero fuimos interrumpidas por un golpeteo en la puerta. "Toc,toc,toc". Nos miramos extrañadas unas a otras, en silencio, esperando por si volvíamos a escuchar el ruido. "Toc,toc,toc". Dejé el bolso sobre la cama y caminé hasta la puerta. La abrí y lo primero que vi fue un enorme ramo de rosas delante de mi cara. Lo cogí, extrañada y vi que el botones del hotel que lo traía me guiñaba un ojo y se daba la vuelta, yéndose por donde había venido.

Cerré la puerta, completamente extrañada y me di la vuelta. Las cuatro chicas me miraban, y yo a ellas, pues estaba tan confundida como ellas podrían estarlo. Finalmente, me decidí por buscar alguna tarjeta entre las flores, que pudiera darnos una pista sobre el remitente del ramo. Y la encontré.

- Vaya, vaya, vaya, lo que tenemos por aquí - sonreí con picardía y cogí la tarjeta. La leí en alto:

"Siento mucho haber tirado tu bolso en medio de la estación, pero tenía prisa y no pude ayudarte. Creo que podría compensarte de alguna forma. Muy pronto sabrás a qué me refiero, guapa. xxx.
P.D: No pienses que soy un idiota, por favor."


Tras leerla, entregué todo a Lauren, cuyo rostro se había vuelto completamente rojo. Todas comenzamos a reír mientras ella releía una y otra vez la breve nota.

- Conque un admirador secreto, ¿eh, Lau? - la pinchó Amy, bromeando.
- Que suerte tienes, allá a donde vas, ligas - replicó Caitlin, medio en serio medio en broma - ¿Me puedes explicar cuál es tu secreto? - todas nos reímos.

Lauren estaba cada vez más roja e incómoda, y Claire y yo lo notamos.

- Venga chicas, coged el bikini y la toalla y bajemos un rato a la piscina - dijo Claire, mientras entraba en el baño para cambiarse. Todas asintieron, y Lauren resopló. No apartaba la mirada de la nota ni un segundo. Me senté a su lado en la cama y le pasé un brazo por el hombro.

- Están celosas - me reí.
- ¿Tu crees que ha podido ser Harry? - me preguntó ella, mirándome a los ojos, sin hacer caso a lo que yo dije primero.

La miré fijamente. Así que todavía no había podido olvidar lo que Amy aseguraba.
Las chicas salieron del baño, parloteando animadamente, lo que me libró de tener que contestarle. La verdad es que ya no sabía muy bien que pensar.
Después de que Lauren y yo nos cambiáramos en un abrir y cerrar de ojos, salimos de la habitación, cerrando con llave y caminamos hasta la piscina.

{Narra Caitlin}

Una vez en la piscina, Katie, Amy y Claire corrieron hasta el agua, saltando y salpicándonos a todas. Lauren y yo decidimos ir a las tumbonas para dejar las toallas. Allí, me desvestí, dejando enseñar mi nuevo bikini color morado.

- ¿Te vienes al agua, Lau? - sonreí, cogiéndole una mano. Pero Lauren parecía ausente - Ey, ¿qué pasa?
- Nada, Caitlin, que sigo pensando en el ramo de rosas... ¿Tu crees que Amy pueda tener razón? - respondió esta.
- ¿Te refieres a Harr... ¡AHH! ¡Está helada! - me interrumpí. Otra vez aquel enorme grupo de gente corriendo detrás de un sujeto, el cual me había tirado un vaso de coca-cola lleno de cubitos de hielo en la espalda. Dejé de gritar un momento, y abrí los ojos como platos. ¿Un grupo de gente persiguiendo a alguien?
- ¡Lo siento! - escuché gritar a lo lejos. Y entonces la gente desapareció. Pero yo no podía dejar de pensar en aquel chico, en sus palabras y en... su acento.

Capítulo 3

{Narra Harry}

Todavía jadeando, me recosté en el asiento delantero del coche. Menuda carrera me había echado. Y todo por las fans. Las quería mucho, y todo eso, pero había veces que... En fin, mejor no pensarlo.
Lo que sí que no podía apartar de mi cabeza era la chica que me gritó antes de que me subiera al coche. Si, vale, es cierto, le había tirado el bolso al suelo, y probablemente se pensó que le quería robar. Pero en los breves segundos en los que me encontraba frente a ella y la vi algo se removió en mi interior. Su pelo castaño oscuro, prácticamente negro, caía en débiles ondas sobre sus hombros. Ojos marrones ligeramente rasgados y piel bronceada. Una chica normal...

- Ey tío, no te rayes - me dijo Louis, aparentemente serio, sin apartar la vista de la carretera - Esa chica solo te odiará hasta que sepa que el supuesto ladrón eras tú, Harreh - me guiñó un ojo y me revolvió el pelo. Yo, mosqueado, aparté su mano.
- No, Louis, esto es serio - repliqué, pero no di más explicaciones. Obviamente, él no sabía a lo que me refería, pero era mejor así. Dirigí mi mirada a la carretera y volví a sumergirme en mis pensamientos.

{Narra Lauren}

Terminé de recoger el contenido de mi bolso mientras refunfuñaba casi inaudiblemente. Vaya imbécil. ¿No podría haber tenido más cuidado? Y tampoco es que le costara mucho darse la vuelta y pedirme una disculpa. Solo disculparse, ¡no pido más!
Finalmente, me levanté, y observé la cara de Amy. Era una mezcla entre pensativa e intrigada. Levanté una ceja, a modo de interrogante y ella me miró, esbozando una pequeña sonrisa.

- ¿Prometéis no tomarme por una loca si os digo lo que creo que pasó? - preguntó, de forma misteriosa.
- Amy, ¿que ocurre? - preguntó Katie, mientras sacaba el móvil del bolso para llamar a un taxi. Continué mirando a Amy, interrogante.
- Pues... creo que el chico que tiró el bolso de Lauren al suelo, sin querer, ya que estaba escapando de todo este grupo de gente - señaló hacia atrás, donde segundos antes se encontraba el gentío. Pero ahora ya no había ni un alma. Todos se habían esfumado - Creo que ese chico era Harry Styles.
- ¿Harry Styles? - preguntó Claire abriendo mucho los ojos. Caitlin tosió, incrédula.
- Oh, venga Amy, te lo habrás imaginado - repliqué, frunciendo el ceño.
- Os lo digo muy en serio, creo que era Harry. He visto sus rizos asomándose por la ventanilla del coche. Y toda la gente que se encontraba en la puerta de la estación podía tratarse de sus fans. ¿Qué explicación lógica me ofreces sobre como han podido desaparecer tan rápido? Fácil: Harry se va, las fans también.

El sonido del motor de un coche nos interrumpió. El taxi había venido a por nosotras. Colocamos las maletas en el maletero y nos subimos al coche. El viaje tan sólo nos llevó unos quince minutos, durante los cuales Claire, Caitlin, Amy y Katie parlotearon sin parar sobre el incidente en la estación. Yo, por mi parte, sumida en mis propios pensamientos, miraba silenciosa por la ventanilla.

El taxi paró en la puerta de nuestro hotel y nos bajamos después de pagarle. Caitlin, Claire y Amy entraron corriendo, muy emocionadas. Pero yo, por mi parte, me giré un momento para observar la calle en la que nos encontrábamos.

- Vamos, Lauren, sabes como es Amy. Probablemente era un chico cualquiera con el pelo rizado y ella se empeñó en que tenía que ser Harry - Katie me agarró del brazo con suavidad, dedicándome una sonrisa.

Miré a Katie, con expresión seria.
- Lo cierto es que la creo. Puede tener razón, ¿no? Todo encaja. Y, en ese caso, Harry Styles es un completo idiota - me reí, guiñándole un ojo a mi amiga, provocando una carcajada suya también.

Y tras esto, entramos las dos en el hotel cogidas del brazo, arrastrando nuestras respectivas maletas. Lo que no sabíamos ninguna de las dos, era que alguien, escondido a tan sólo un par de metros de nosotras, había escuchado toda nuestra conversación.

viernes, 6 de enero de 2012

Capítulo 2

Me eché un ultimo vistazo al espejo. Iba vestida con unos pantalones pitillo verdes, una blusa floja blanca, un chaleco en tonos beige y unas sandalias romanas del mismo color. Arreglada, pero informal. Mi pelo, color castaño claro y con suaves ondas, descansaba sobre mis hombros.
Miré otra vez mi reloj. Las 9:55. Mierda, ya iba a llegar tarde otra vez. Quizás las despedidas a mi familia a la hora del desayuno me llevaron más tiempo de lo permitido... Suspiré, cogí mi maleta y mi bolso y salí de casa. Parecía que ahora me iba a tocar correr.

{Narra Lauren}

Miré otra vez mi reloj, impaciente. Hacía un par de minutos que había sonado el pitido que indicaba que eran las 10:00. Y, cómo no, la única que faltaba por llegar era Katie. Resoplé y aparté mi vista del camino que salía del parque para posarla sobre mis amigas. Caitlin estaba muy nerviosa, no paraba de hablar tan rápido que apenas se le entendía, y sus mejillas se habían vuelto rojas por la emoción. Amy, la más alta de las tres, no paraba de reírse por todo. Ya fuera porque un pájaro echaba a volar, porque una mosca se le posaba en el brazo o porque Caitlin se atragantaba de lo rápido que hablaba. Y Claire, la más bajita y tímida, simplemente sonreía, pero el brillo de sus ojos demostraba que también estaba muy excitada.
Sonreí mientras las miraba, sumida en mis pensamientos, por lo que no me di cuenta de la llegada de Katie hasta que alguien me dio un beso en la mejilla.

- Siento el retraso, chicas - dijo mientras saludaba a cada una con un beso.
- ¡Por fin! No podrías haber tardado más, ¿no? Cómo por tu culpa perdamos el tren... - fruncí el ceño, pero la sonrisa que Katie me dedicó lo transformó en una carcajada. Todas estábamos demasiado contentas como para enfadarnos por una tontería como aquella.
- ¡Oh, no, no, no! ¡De ninguna manera perderemos ese tren! ¿Te imaginas que lo perdemos? Oh, dios mio... y es que no vería a mi Niall. ¡A mi Niall! Oh, me moriría... - Caitlin empezó a parlotear rápidamente, de forma dramática.
- Y a esta, ¿qué le pasa? - preguntó Katie, intentando contener la risa.
- Ya sabes lo que pasa cuando se pone nerviosa, empieza a hablar y no para nunca... - dijo Claire, de una forma muy tranquila, pero sonriendo.
- Bueno, cotorras, dejad de hacer el idiota y vamos, ¡o perderemos el tren! - nos apuró Amy, que ya se había recuperado de sus ataques de risa.

Todas comenzaron a caminar, en dirección a la estación de tren, que tan sólo quedaba a unos pocos metros del parque. Yo, un par de pasos por detrás de ellas, las observaba orgullosa. Qué suerte tenía de tener aquellas amigas tan maravillosas.

{Narra Amy}

Por fin llegamos a la estación, tres minutos antes de que el tren partiera. Un poco más y no llegábamos...
Nos acomodamos en nuestro compartimento, habíamos pedido uno para las cinco, de forma que tuviéramos libertad para hacer lo que quisiéramos. Mientras Claire y Katie dormían y yo escuchaba música con mi nuevo iPod Touch, Lauren y Caitlin no paraban un segundo de hacer el tonto, desde cantar a grito pelado canciones inventadas por ellas hasta contar los chistes más absurdos. Sonreí, preguntándome cómo Claire y Katie eran capaces de dormir con semejante barullo.

Por fin, tras aproximadamente cuatro horas de viaje sin descanso, llegamos a Londres. Desperté emocionada a Claire y Katie, que se habían pasado durmiendo todo el viaje, y las cinco salimos del tren atropelladamente, cada una con una maleta en su mano. Caminamos por todo el andén hacia la salida de la estación. Queríamos llegar lo antes posible al hotel, ya que estábamos bastante cansadas por el aparatoso viaje. Pero parecía que eso de la rapidez no entraba dentro de nuestros planes, ya que un enorme grupo de gente se hallaba a la salida de la estación, y era prácticamente imposible encontrar un taxi que nos pudiera llevar a nosotras.

- Chicas, me parece que tardaremos un buen rato en llegar al hotel... - dije, apesadumbrada, desde mis pensamientos más negativos.

Claire, Katie y Caitlin resoplaron y comenzaron a intentar hacerse hueco entre el gentío, pero un grito a nuestras espaldas nos sobresaltó.

- ¡Eh, tú! ¿Quién te crees que eres? ¡Ven ahora mismo a ayudarme con todo esto! - Lauren gritaba a un desconocido que se escapaba corriendo en dirección a un pequeño coche de color rojo, ya que le había tirado el bolso al suelo, vaciando todo su contenido. Caitlin, Katie y Claire se aproximaron para ayudarla a recogerlo todo, pero yo observé con curiosidad el coche, que ahora arrancaba y se sumergía en el laberinto de calles londinenses. Y es que juraría haber visto unos rizos asomándose por la ventanilla del coche...