{Narra Katie}
- Entonces, ¿me queda bien? - Audrey volvió a dar una vuelta sobre sí misma, mostrándome un horrible vestido color verde caqui. Era ajustado en la zona del pecho y dejaba un hombro al descubierto, pero la parte de abajo estaba llena de enormes volantes. Espantoso, o al menos para mi gusto.
- Eh, sí, estás estupenda - mentí descaradamente. Tampoco es que estuviera prestándole demasiada atención, para qué vamos a engañarnos. Llevábamos desde las dos de la tarde yendo de tienda en tienda, viendo como ella se probaba vestidos mientras yo debía darle el visto bueno. Ya eran las nueve. ¿7 horas? No, eso no podía ser sano. Por otro lado, estaba Louis... todo resultaba tan irreal, tan... extraño.
[Flashback]
- ¡Katieeeeeeeeeeee! Katie, ¿eres tú? - una estruendosa y, desgraciadamente, conocida voz femenina resonó en mis oídos. Se encontraba a pocos metros de dónde estábamos Louis y yo. Louis Tomlinson. Yo. Besándonos. Lo aparté de un empujón y lo miré a los ojos, asustada. Él entendió mi mirada y, tras ponerse la capucha hábilmente con una mano, se dio la vuelta y desapareció en la esquina de la calle. Me quedé parada, mirando por dónde se había ido, cuando una mano se posó sobre mi hombro y una figura femenina se colocó delante mía. Por desgracia, la conocía a la perfección - ¡Katie, cuánto tiempo! ¿No era que estabas en Oxford? - me apretujó dándome un abrazo.
- Eh... hola Audrey, sí, tú misma lo has dicho, estaba... pero hubo un percance y tuvimos que volver - la separé de mí, disimuladamente.
- ¿Un percance? ¿Qué pa...?
- Largo de explicar - la interrumpí. Miré nerviosamente a mi alrededor.
- Bueno, dudo que sea importante. A propósito, que te he visto muy pegada a ese chico... - me guiñó un ojo.
- ¿A-a ese... ese chico? - la miré a los ojos, tragando saliva sonoramente. Por favor, que no lo haya reconocido, por favor, por favor.
- Si, ese que te estaba besando, que se acaba de ir muy rápido por ahí - señaló el final de la calle - ¿Lo conozco de algo? Su cara me suena bastante...
- No, no lo conoces de nada. Es de aquí, por lo que es imposible.
- Así que un inglesito, ¿eh, pillina? No eliges nada mal. ¿Y por qué no me lo has presentado? Sabes que me encanta conocer gente nueva - volvió a guiñarme un ojo. Claro que lo sabía, puta, claro que lo sabía.
- Tenía prisa. Le estaban esperando para... - piensa, rápido - para una comida familiar.
- Ah, entiendo... bueno, otra vez será, ¿nos vamos de compras?
[Fin del flashback]
Y allí estaba, apoyada en la pared próxima a una esquina de la tienda, esperando a que Audrey saliera de nuevo del probador. Algo me había dicho de que se iría de fiesta próximamente, pero lo cierto es que no le presté demasiada atención.
De pronto, Stereo Hearts sonó a todo volumen en mi teléfono. Alguien me llamaba. Saqué el móvil del bolsillo de mi cazadora y sonreí levemente al ver el nombre que aparecía en la pantalla. Era Louis.
[Conversación telefónica]
- ¿Si? - contesté.
- Ey, tú, ¿qué tal lo llevas? - su voz tenía un tono divertido.
- Mira, Louis, mejor cállate eh... ¡me has dejado sola! ¡Esto es horrible!
- Eh, ¿qué pretendías que hiciera? - se rió - Soy Louis Tomlinson, no podía dejar que tu amiguita me viera y se volviera loca.
- Bueno, y yo soy Katie Collins y tampoco me merezco tal sufrimiento - escuché su risa al otro lado del aparato - En serio, es horrible. Las primeras horas fueron soportables pero ahora... no sé, no me siento cómoda.
- Eres una exagerada, a saber con cuántas bolsas me vienes - sonreí levemente. Era una sonrisa de suficiencia, moría por ver su cara cuando me viera con las manos vacías. A ver qué se iba a creer éste... - Venga, en dos minutos estaré en la puerta, hasta ahora - y tras decir eso, colgó.
[Fin de la conversación telefónica]
¿En serio? ¿Venía a buscarme? Me costaba creerlo... todo aquello era demasiado bonito para ser cierto.
De repente, la voz de Audrey me sacó de mis pensamientos.
- Cielo, ¿te gusta esta falda? - levanté la cabeza de golpe, pues estaba mirando el suelo, y sólo acerté a ver una ajustada falda de tubo color azul eléctrico. Lo cierto es que era bonita, y no le quedaba mal...
- Si... aunque prefiero el vestido de antes - lo sé, era demasiado mala. Pero ella también lo había sido un día conmigo, así que se lo merecía - A propósito, Audrey, tengo que irme ya. Me están esperando fuera para recogerme y...
- ¿¡Tu novio!? Espera, ¡te acompaño! - volvió a entrar en el probador para cambiarse.
- No es mi novio... - murmuré, aunque con un tono de voz lo suficientemente alto como para que me escuchara desde dentro - Es tarde, Audrey, tengo que irme ya, te lo presentaré otro día, te lo prome... - pero la chica no me dio tiempo ni a terminar la frase, puesto que salió ya cambiada y con multitud de distintas prendas de ropa en las manos.
- No, no, no, ya estoy lista. Vendré mañana por la mañana a comprar el vestido - dejó la montaña de ropa sobre una mesa y me agarró de la mano - Andando, que es tarde.
Y, tras resoplar, de forma resignada, la seguí hacia la salida del centro comercial. La calle estaba prácticamente desierta, tan sólo había una pareja de enamorados en una esquina dándose el lote. Bueno, y el coche de Louis. Con Louis dentro. Me hizo un gesto con la mano, con lo que entendí que me preguntaba por qué estaba ella aquí. Pero Audrey se lo tomó como un saludo, y, tras levantar la mano y saludarle efusivamente con una gran sonrisa, se acercó algunos pasos hacia el coche.
- ¿Qué hace? ¿Por qué no sale a saludarnos? - preguntó la chica, girándose hacia mí, con gesto confundido.
- Eh... es que es muy tímido... - comencé a decir, pero fui otra vez cortada por ella.
- ¿Tímido? Bah, qué tontería... pues tendré que ir yo a presentarme, entonces - reemprendió el paso hacia el coche de Louis. Yo me maldije a mi misma. Si se creaba escándalo público, sería únicamente por mi culpa...
Pero, de repente, unas escandalosas carcajadas llamaron mi atención y, por suerte, la de Audrey. Provenían del final de la calle y se aproximaban cada vez más a nosotros. Entorné los ojos, intentando descubrir quienes eran aquellos que se acercaban. Y al final los vi, tres figuras humanas, dos femeninas, a los lados, y una masculina, en el centro. Reconocí inmediatamente a la de la izquierda, era imposible no hacerlo, puesto que la conocía desde que ambas íbamos en pañales. Efectivamente, era Caitlin, que caminaba con los brazos en jarras, ya fuera por el aire frío que comenzaba a soplar a estas horas de la noche como por el enfado que su rostro reflejaba a la perfección. A su lado iba Niall, riéndose a carcajadas por algo que había dicho ¿Miranda? ¿Realmente era ella? Algo no cuadraba... Era Niall, Niall Horan. Y, que yo supiera, Miranda era directioner... ¿por qué actuaba con tanta naturalidad?
Sin pensármelo dos veces caminé hacia Caitlin.
- ¿Qué ha pasado? - susurré, de forma que sólo ella pudiera oírme.
- El día no podía ser más perfecto: me había ido de excursión con Niall, nos habíamos reído, habíamos bromeado, me había besado... y cuando volvimos, nos encontramos nada más y nada menos que con Miranda.
- ¿¡Te ha besado!? - no pude evitar elevar mi volumen de voz, a lo que Caitlin reaccionó tapándome la boca con una mano. Por suerte, Niall, Miranda y Audrey estaban muy enfrascados dentro de su propia e interesante conversación.
- ¡Shh! No grites tanto... - susurró. Me quitó la mano de la boca lentamente - Sí, pero ahora eso es lo de menos. Vámonos ya, por favor. Niall no sabe que estoy enamorada de él y, quieras que no, me duele verlo tonteando con otra.
- Caitlin, no seas exagerada... no están tonteando, sólo están hablando.
- ¿Quieres quedarte a ver como Audrey les lame el culo a todos? - dijo muy secamente. Me giré hacia el otro grupito, y pude alcanzar a ver el momento en que Audrey revolvía el pelo de Niall sensualmente, o, al menos, eso creía que intentaba.
- No, vámonos. Louis está en el coche, le diré que nos lleve a casa.
Sin despedirnos si quiera, ambas avanzamos el corto recorrido que había hasta dónde el coche estaba estacionado. Cuando abrí la puerta y me senté en el asiento del copiloto, me di cuenta de la leve sonrisa picarona que Louis tenía grabada en su rostro, mientras que su miraba estaba fija en el grupito de fuera.
- Eo, Tierra llamando a Louis - moví las manos haciendo aspavientos para que reaccionara. Él se giró hacia mí durante un par de segundos para después volver a observar a Niall, Audrey y Miranda - ¿Qué te pasa?
- Dices que esas son vuestras amiguitas, ¿no? - la voz de Louis sonaba distinta. No parecía él.
- Eh, sí, son esas... ¿por qué lo dices? - respondí un tanto extrañada.
- Oh, nada. Simplemente, creo que no presentarme sería de mala educación, ya me entiendes - y, dicho esto, me guiñó un ojo y salió del coche, dejándonos a Caitlin y a mí solas.
{Narra Zayn}
- Eres un miedica, Zayn, mira que no querer montarte en la montaña rusa... - Amy no había dejado de meterse conmigo en toda la tarde. Tras habernos separado de los demás había decidido llevarla a un parque de atracciones. Y maldito el momento en que lo hice. Mi plan era montarnos en las tacitas, disparar a un blanco y conseguir peluches o conducir los coches de choque. ¿Y lo que quería ella? Todo lo contrario. Ella quería montarse en la montaña rusa más alta de todo el parque, que tenía, sobra decirlo, loopings. Y las odio, las odio absolutamente, con todas mis fuerzas. Es algo que me ocurre desde pequeño. Me dan muchísimo miedo.
- Es un trauma infantil, Amy, no deberías meterte conmigo de esa forma... - contesté, poniendo cara de pena. En el fondo, me daba igual lo que se metiera conmigo, de hecho, hasta me hacía gracia.
- Oh, vamos, no seas exagerado, ya pareces Claire.
- Eres mala conmigo, ¿eh?
- En el fondo te encanta que sea así.
- ¿Por qué estás tan segura de ello?
- Llámalo intuición o como quieras, pero estoy segurísima.
- Vaya, vaya... poco creída, dices, ¿no?
- ¡Me lo negarás! - estalló en una carcajada, tan característico en ella. Podría pasarme horas escuchando su risa. ¿Y si era cierto? ¿Qué?
Aproveché que habíamos llegado a la puerta de su hotel para alejarme un par de pasos de ella y sonreír levemente.
- ¡Eres una creída! - me reí, a su vez - Pues hala, aquí te quedas, yo me voy - fingí estar enfadado y me di la vuelta, dispuesto a marcharme.
- ¡Eh, espera! - me di la vuelta, intentando reprimir una sonrisa. Amy me miraba con sus enormes ojos color miel abiertos de par en par, sonriendo de una forma muy dulce - ¿No me vas a dar ni siquiera dos besos?
Ahora si que no pude evitarlo, sonreí. Era adorable, ¿no lo era?
Me quedé quieto durante unos cuántos segundos, meditando sobre lo que debería o no hacer. Los dos besos se los iba a dar, eso estaba claro, pero...
Sí. Me acerqué a ella con decisión, acortando los pasos de distancia que nos separaban y, sin darle tiempo a reaccionar, me incliné sobre ella y le di dos besos cortos en sus labios. Acto seguido, me separé, sonriendo triunfalmente, y observando la cara de sorpresa que se le había quedado a la chica.
- No te había pedido que me dieras los dos besos ahí... - murmuró ésta, en un aparente estado de shock.
- ¿Ah no? Creí que era lo que querías... En fin, en ese caso, bórratelos - sonreí de lado. Las cosas estaban yendo como yo quería, si señor.
- A ver, señorito Zayn "Inteligente" Malik, ¿cómo me los voy a borrar? - se cruzó de brazos con gesto divertido.
- Pues así - me pasé el dorso de la mano por la boca, como limpiando una mancha invisible. Ella rió levemente y me imitó - Oh, pero vamos... ¿me has hecho caso? Te has borrado los besos...
- Así es, chico listo - volvió a reír. Yo sonreí levemente.
- Es una pena, ya que entonces te los tendré que volver a dar... - y dicho esto y sin darle tiempo a responder, volví a acercarme a ella y la besé más intensamente. Unos cuantos segundos más tarde, me separé de ella y observé su reacción. Era prácticamente la misma de antes, si cabe más sorprendida aún - Hasta luego, Amy - reí levemente y, tras guiñarle un ojo, me di la vuelta, marchándome del hotel.
[11 p.m.]
{Narra Liam}
Pagué la cantidad indicada al taxista y ambos nos bajamos del coche. Había sido una noche increíble, para qué negarlo. Había besado a Claire, de lo cual no me arrepentía para nada, y después nos habíamos pasado toda la noche hablando de nosotros, de nuestros amigos, familias, ciudades o de, simplemente, cosas sin importancia. Pero ya eran casi las once de la noche y al día siguiente tenía que madrugar, puesto que teníamos ensayo de la banda.
Cogí a Claire de la mano para entrar en el hotel, y ella se giró hacia mí y me sonrió. Lo que sentía por dentro era muy raro, muy difícil de explicar. Hacía tiempo que no lo sentía con nadie, concretamente, desde el día en que había conocido a Danielle. ¿Lo que éramos? Nadie lo sabía, ni siquiera nosotros. No hacía demasiado que había terminado con Danielle, y todavía éramos buenos amigos, por lo que no quería estropear nuestra amistad. Y, por parte de Claire... bueno, lo cierto es que no tenía ni idea. Ella era de Manchester, por lo que me imagino que en Londres no tendría a nadie, ¿no?
Y, de pronto, una voz masculina me sacó de mis pensamientos.
- ¡Claire! ¿Eres tú?.
Awwww me encanta! :') Que monos *-* Que ganas del siguiente :DD
ResponderEliminarMe encanta! Son muy monos todos!!! Espero que subas pronto :)
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