Por cierto, he puesto una nueva encuesta en el lado derecho de la página. Os agradecería un montón que votarais :3
Os quiero <3.
Twitter: @myhoranwish
{Narra Caitlin}
Eran ya las tres y media de la madrugada y yo seguía sin poder dormir. Llevaba sin saber de Álex desde que el concierto de anoche había terminado. Después, se había esfumado. No contestaba a los WhatsApps, no respondía a las llamadas... le había dejado hasta dos mensajes en su buzón de voz.
¿Dónde podría estar? Verdaderamente, estaba preocupada por él. Dí la enésima vuelta en la cama, tratando de imaginarme adonde se podría haber ido.
Llevaba ya alrededor de veinte minutos con los ojos abiertos de par en par, contemplando la oscuridad de la habitación del hotel, abriéndome paso a la imaginación, cuando un pitido procedente de mi teléfono me sobresaltó. Me avisaba de la llegada de un nuevo SMS a mi buzón de entrada.
Me levanté como un resorte y corrí hacia el teléfono, que estaba, cómo no, enchufado al cargador, con un único nombre resonando en mi cabeza: Álex.
Pulsé las teclas de mi blackberry con soltura y rapidez, pese a que mantenía mi ojo izquierdo cerrado debido a la luminosidad de la pantalla. Abrí el mensaje. No era de Álex. Era de Niall.
¿Te apetece quedar un rato mañana por la mañana? Sólo para desayunar juntos. Lo pasaremos bien. Como en los viejos tiempos... x.
Esbocé una mueca de disgusto. Estaba enamorada de Álex, pero Niall siempre había sido importante para mí... y temía volver a caer en sus redes de la misma forma que anteriormente. Pero seguía sin saber nada del primero, por lo que llegué a la conclusión de que un simple desayuno no me haría mal.
[A la mañana siguiente...]
{Narra Lauren}
Me incorporé cuando el sol todavía no había salido totalmente aquella mañana. Llevaba horas despierta, malamente había dormido algo por la noche, sumándole a eso que había olvidado bajar las persianas antes de acostarme.
Principalmente, había dedicado mis supuestas horas de sueño a pensar. Pensé en Harry, en su supuesta prima Carly y en su bebé. Pesé en One Direction. Pensé en las chicas. Pensé en mí. Y, finalmente, llegué a la conclusión de que si estaba saliendo con Harry debía confiar en él. Al fin y al cabo, sólo se vive una vez, ¿no?
Me levanté de un salto de la cama y abrí el armario. Escogí un conjunto de ropa al azar, que consistía en unos pantalones cortos vaqueros, una camiseta básica blanca y mis vans rosas. Después cogí mi móvil y algo de dinero, lo guardé en el bolsillo trasero de mis pantalones y salí a la calle.
Tenía pensado darle una sorpresa a Harry, llevándole un improvisado desayuno a la cama. Todavía eran las ocho y media, y, por regla general, Harry no solía levantarse hasta las nueve, así que supuse que todavía seguiría en casa.
Caminé por las calles y paré en un puesto ambulante de crepes que había en la esquina de la calle, dónde compré una enorme tortita con nutella para él y una pequeña cajita de plástico con frutas en su interior, ya que yo era alérgica a la leche. Después, me puse en marcha hacia casa de Harry.
Por el camino pasé por delante de un quiosco que estaba abarrotado de gente. Pensé que quizás le gustaría leer el periódico de la mañana, así que entré. Tenía todavía algo de tiempo hasta que dieran las nueve.
Cogí el primer periódico que vi en la estantería, ya que no estaba demasiado puesta en esos temas, y resultó venir con una pequeña revista de regalo. Mientras hacía cola para pagar, ojeé la portada. Y lo que vi en ella hizo que se me cayera nuestro desayuno al suelo, dejándolo todo perdido.
[Más tarde...]
{Narra Caitlin}
Apunto estaba de dar las diez en punto, hora en la que había quedado con Niall en el Starbucks más cercano al hotel. Estaba nerviosa, no iba a negarlo. Seguía sin saber nada de Álex desde la noche anterior, pese a que le había dejado muchos más mensajes en su buzón de voz. Por otra parte, mis sentimientos por el irlandés nunca habían desaparecido del todo, es más, en mi interior le seguía queriendo, estaba segura. Así que sí, estaba nerviosa, doblemente nerviosa, si cabe.
Salí del hotel cuando faltaban dos minutos para las diez. Sabía que Niall era puntual, pero no estaría mal hacerle esperar. Iba con los cascos colocados en mis oídos, escuchando música de mi ipod, del cual jamás me separaba. De pronto, el móvil que llevaba en el bolsillo trasero de mis pantalones comenzó a vibrar, avisándome de una llamada entrante. Miré la pantalla. Era mi madre.
- ¡Hola mamá! ¡Cuánto tiempo sin hablar contigo!
- ...
- Todo por aquí genial, ya sabes. Y desde que Álex se vino con nosotras mucho mejor.
- ...
- Ya, me imagino... pero no te preocupes, en apenas una semana me tienes allí de vuelta.
- ...
- Y bueno, ¿a qué se debe esta llamada? Porque desde que descubriste el WhatsApp no haces llamadas por cualquier cosa... - me reí.
- ...
- ¿Qué? Mamá, ¿qué dices? - dejé de reírme mientras mi rostro se ensombrecía poco a poco.
- ...
- No...
- ...
- Mamá, es una broma, ¿verdad?
- ...
- Pero, ¿Holly? ¿A qué Holly te refieres? ¿Mi prima Holly?
- ...
- No, mamá, por dios, dime que no es cierto... - mi voz comenzó a temblar a la vez que unas lágrimas querían asomarse por mis ojos. Intenté reprimirlas.
- ...
- ¿Está en Londres? ¿En qué hospital?
- ...
- Voy ahora mismo a verla - una lágrima atrevida resbaló por mi mejilla, una lágrima que fui incapaz de frenar.
- ...
- ¿Se pondrá bien?
- ...
- No, mamá, por dios, no me digas eso... - y detrás de aquella primera lágrima atrevida, vinieron muchas más. Me pegué contra la pared del edificio que tenía a mi derecha y dejé que mi vista se nublara. Escuchaba la voz de mi madre lejana, apenas prestaba atención a lo que decía.
- ...
- Claro... llámame si te enteras de cualquier cosa. Te quiero.
Y colgué. ¿Por qué Holly? ¿Por qué ella precisamente? Me sacaba dos años pero habíamos estado unidas desde muy pequeñas. Más que primas parecíamos hermanas. Y la llamada de mi madre para contármelo no había hecho otra cosa que comenzar a estropear un día que sería muy raro para mí.
Me mantuve pegada a la pared de mi edificio durante al menos cinco minutos más, dejando que mi rostro se anegara en lágrimas. Finalmente, tras esos cinco minutos de desahogo, dejé de llorar. Me sequé las mejillas y me deshice en pensamientos positivos. Estaba en el hospital. Estaba grave. Pero no había muerto, y las posibilidades de que empeorara eran lo suficientemente bajas como para darme fuerzas.
Me agaché y me senté en el suelo, ignorando a la gente que pasaba por mi lado y me miraba con cara extraña. Desbloqueé mi blackberry y volví a marcar el número de Álex. Lo necesitaba más que nunca y tenía una pequeña corazonada de que ahora me contestaría. Y así fue, a los veinte segundos, respondió.
[Conversación telefónica]
- ¿Sí? - respondió Álex con la voz seca, pese a que tenía mi número guardado en su teléfono y sabía perfectamente quién llamaba.
- Álex, soy yo - dije en un susurro.
- Lo sé.
- ¿Dónde estabas? ¿Por qué no me respondiste a las llamadas? - elevé algo la voz.
- Estuve ocupado.
- ¿Ocupado? ¿Tan ocupado como para no ser capaz de mandarme un mísero mensaje diciendo que estabas bien? Estaba preocupada por ti, ¿sabes? - le reproché con enfado.
- ¿Preocupada? - se rió entonces de una forma muy sarcástica - Cada día me sorprendes más, Caitlin.
- ¿Por qué? No te entiendo, Álex, estás muy raro...
- No, cariño, yo soy el de siempre... - dijo con unas palabras cargadas de ironía. A saber por qué se había enfadado esta vez...
- No sé que te pasa, pero podremos solucionarlo más tarde... - hice una breve pausa durante la cual respiré profundamente - Álex, te necesito.
- ¿Me necesitas?
- Sí, te necesito a mi lado. Ha pasado algo horrible y necesito que me ayudes.
- Ah, ¿me necesitas? ¿Y por qué no le vas a pedir ayuda a tu amiguito el irlandés?
- ¿Qué? ¿A Niall? - pregunté confundida - ¿Y por qué a Niall?
- No disimules, Caitlin, se te nota a la legua que estás coladita por él. No sé como no me había dado cuenta antes... parezco idiota.
- Álex, ¿te estás escuchando? No estoy coladita por Niall. Él fue un episodio en mi vida, fue parte de mi pasado. Ahora es simplemente un amigo. Mi presente eres tú.
- No me mientas, Caitlin, porque ya sabes que no soporto que me mientan.
- ¡No te miento, Álex! ¡Yo te quiero! - elevé algo la voz, a la vez que me puse en pie. No hubo respuesta por parte de Álex - ¿No vas a contestarme? Te necesito, estoy pasando por un mal momento, te llamo a ti porque te quiero... ¿y no vas a ayudarme?
- Ya te he dicho antes que sea lo que sea, llames a tu irlandesito. Seguro que él se muere por ayudarte en cualquier tontería.
- VALE, ÁLEX, MUCHAS GRACIAS. YA ME HE DADO CUENTA DE LA CLASE DE PERSONA QUE ERES. ¡ERES UN COMPLETO IMBÉCIL! - sin darme cuenta, me puse a gritar al teléfono en medio de la calle - Y AHORA MISMO VOY A LLAMAR A MI "IRLANDESITO" PARA PEDIRLE QUE ME ACOMPAÑE AL HOSPITAL A VISITAR A MI PRIMA, QUE ESTÁ INGRESADA DE GRAVEDAD. Y ESO, "CARIÑO", QUE TE VAYAS UN RATITO A LA MIERDA, ¿SÍ? - y colgué.
[Fin de la conversación]
En un ataque de rabia, lancé mi teléfono contra el suelo con toda la fuerza que pude y empecé a llorar de nuevo, pero ya se sabe que las blackberries son casi indestructibles, por lo que continuaba intacta.
Con la vista nublada por las lágrimas que anegaban mis ojos me agaché y recogí el móvil del suelo, para después marcar otro número de teléfono. Dicha persona me saludó al otro lado de la línea y aproveché una pequeña pausa para tragarme las lágrimas antes de comenzar a hablar.
- Niall, necesito pedirte un favor.
Tenía pensado darle una sorpresa a Harry, llevándole un improvisado desayuno a la cama. Todavía eran las ocho y media, y, por regla general, Harry no solía levantarse hasta las nueve, así que supuse que todavía seguiría en casa.
Caminé por las calles y paré en un puesto ambulante de crepes que había en la esquina de la calle, dónde compré una enorme tortita con nutella para él y una pequeña cajita de plástico con frutas en su interior, ya que yo era alérgica a la leche. Después, me puse en marcha hacia casa de Harry.
Por el camino pasé por delante de un quiosco que estaba abarrotado de gente. Pensé que quizás le gustaría leer el periódico de la mañana, así que entré. Tenía todavía algo de tiempo hasta que dieran las nueve.
Cogí el primer periódico que vi en la estantería, ya que no estaba demasiado puesta en esos temas, y resultó venir con una pequeña revista de regalo. Mientras hacía cola para pagar, ojeé la portada. Y lo que vi en ella hizo que se me cayera nuestro desayuno al suelo, dejándolo todo perdido.
[Más tarde...]
{Narra Caitlin}
Apunto estaba de dar las diez en punto, hora en la que había quedado con Niall en el Starbucks más cercano al hotel. Estaba nerviosa, no iba a negarlo. Seguía sin saber nada de Álex desde la noche anterior, pese a que le había dejado muchos más mensajes en su buzón de voz. Por otra parte, mis sentimientos por el irlandés nunca habían desaparecido del todo, es más, en mi interior le seguía queriendo, estaba segura. Así que sí, estaba nerviosa, doblemente nerviosa, si cabe.
Salí del hotel cuando faltaban dos minutos para las diez. Sabía que Niall era puntual, pero no estaría mal hacerle esperar. Iba con los cascos colocados en mis oídos, escuchando música de mi ipod, del cual jamás me separaba. De pronto, el móvil que llevaba en el bolsillo trasero de mis pantalones comenzó a vibrar, avisándome de una llamada entrante. Miré la pantalla. Era mi madre.
- ¡Hola mamá! ¡Cuánto tiempo sin hablar contigo!
- ...
- Todo por aquí genial, ya sabes. Y desde que Álex se vino con nosotras mucho mejor.
- ...
- Ya, me imagino... pero no te preocupes, en apenas una semana me tienes allí de vuelta.
- ...
- Y bueno, ¿a qué se debe esta llamada? Porque desde que descubriste el WhatsApp no haces llamadas por cualquier cosa... - me reí.
- ...
- ¿Qué? Mamá, ¿qué dices? - dejé de reírme mientras mi rostro se ensombrecía poco a poco.
- ...
- No...
- ...
- Mamá, es una broma, ¿verdad?
- ...
- Pero, ¿Holly? ¿A qué Holly te refieres? ¿Mi prima Holly?
- ...
- No, mamá, por dios, dime que no es cierto... - mi voz comenzó a temblar a la vez que unas lágrimas querían asomarse por mis ojos. Intenté reprimirlas.
- ...
- ¿Está en Londres? ¿En qué hospital?
- ...
- Voy ahora mismo a verla - una lágrima atrevida resbaló por mi mejilla, una lágrima que fui incapaz de frenar.
- ...
- ¿Se pondrá bien?
- ...
- No, mamá, por dios, no me digas eso... - y detrás de aquella primera lágrima atrevida, vinieron muchas más. Me pegué contra la pared del edificio que tenía a mi derecha y dejé que mi vista se nublara. Escuchaba la voz de mi madre lejana, apenas prestaba atención a lo que decía.
- ...
- Claro... llámame si te enteras de cualquier cosa. Te quiero.
Y colgué. ¿Por qué Holly? ¿Por qué ella precisamente? Me sacaba dos años pero habíamos estado unidas desde muy pequeñas. Más que primas parecíamos hermanas. Y la llamada de mi madre para contármelo no había hecho otra cosa que comenzar a estropear un día que sería muy raro para mí.
Me mantuve pegada a la pared de mi edificio durante al menos cinco minutos más, dejando que mi rostro se anegara en lágrimas. Finalmente, tras esos cinco minutos de desahogo, dejé de llorar. Me sequé las mejillas y me deshice en pensamientos positivos. Estaba en el hospital. Estaba grave. Pero no había muerto, y las posibilidades de que empeorara eran lo suficientemente bajas como para darme fuerzas.
Me agaché y me senté en el suelo, ignorando a la gente que pasaba por mi lado y me miraba con cara extraña. Desbloqueé mi blackberry y volví a marcar el número de Álex. Lo necesitaba más que nunca y tenía una pequeña corazonada de que ahora me contestaría. Y así fue, a los veinte segundos, respondió.
[Conversación telefónica]
- ¿Sí? - respondió Álex con la voz seca, pese a que tenía mi número guardado en su teléfono y sabía perfectamente quién llamaba.
- Álex, soy yo - dije en un susurro.
- Lo sé.
- ¿Dónde estabas? ¿Por qué no me respondiste a las llamadas? - elevé algo la voz.
- Estuve ocupado.
- ¿Ocupado? ¿Tan ocupado como para no ser capaz de mandarme un mísero mensaje diciendo que estabas bien? Estaba preocupada por ti, ¿sabes? - le reproché con enfado.
- ¿Preocupada? - se rió entonces de una forma muy sarcástica - Cada día me sorprendes más, Caitlin.
- ¿Por qué? No te entiendo, Álex, estás muy raro...
- No, cariño, yo soy el de siempre... - dijo con unas palabras cargadas de ironía. A saber por qué se había enfadado esta vez...
- No sé que te pasa, pero podremos solucionarlo más tarde... - hice una breve pausa durante la cual respiré profundamente - Álex, te necesito.
- ¿Me necesitas?
- Sí, te necesito a mi lado. Ha pasado algo horrible y necesito que me ayudes.
- Ah, ¿me necesitas? ¿Y por qué no le vas a pedir ayuda a tu amiguito el irlandés?
- ¿Qué? ¿A Niall? - pregunté confundida - ¿Y por qué a Niall?
- No disimules, Caitlin, se te nota a la legua que estás coladita por él. No sé como no me había dado cuenta antes... parezco idiota.
- Álex, ¿te estás escuchando? No estoy coladita por Niall. Él fue un episodio en mi vida, fue parte de mi pasado. Ahora es simplemente un amigo. Mi presente eres tú.
- No me mientas, Caitlin, porque ya sabes que no soporto que me mientan.
- ¡No te miento, Álex! ¡Yo te quiero! - elevé algo la voz, a la vez que me puse en pie. No hubo respuesta por parte de Álex - ¿No vas a contestarme? Te necesito, estoy pasando por un mal momento, te llamo a ti porque te quiero... ¿y no vas a ayudarme?
- Ya te he dicho antes que sea lo que sea, llames a tu irlandesito. Seguro que él se muere por ayudarte en cualquier tontería.
- VALE, ÁLEX, MUCHAS GRACIAS. YA ME HE DADO CUENTA DE LA CLASE DE PERSONA QUE ERES. ¡ERES UN COMPLETO IMBÉCIL! - sin darme cuenta, me puse a gritar al teléfono en medio de la calle - Y AHORA MISMO VOY A LLAMAR A MI "IRLANDESITO" PARA PEDIRLE QUE ME ACOMPAÑE AL HOSPITAL A VISITAR A MI PRIMA, QUE ESTÁ INGRESADA DE GRAVEDAD. Y ESO, "CARIÑO", QUE TE VAYAS UN RATITO A LA MIERDA, ¿SÍ? - y colgué.
[Fin de la conversación]
En un ataque de rabia, lancé mi teléfono contra el suelo con toda la fuerza que pude y empecé a llorar de nuevo, pero ya se sabe que las blackberries son casi indestructibles, por lo que continuaba intacta.
Con la vista nublada por las lágrimas que anegaban mis ojos me agaché y recogí el móvil del suelo, para después marcar otro número de teléfono. Dicha persona me saludó al otro lado de la línea y aproveché una pequeña pausa para tragarme las lágrimas antes de comenzar a hablar.
- Niall, necesito pedirte un favor.
SIMPLEMENTE PERFECTO.Me encanta.Sube pronto ¿ok? si tardas mucho me va ha dar algo…verás.
ResponderEliminarMe da mucha pena Holly espero que se recupere……¡¡¡Que pena me da!!!
Y Lauren que ha vistio…pero no lo dejes así!!!
ME ENCANTA…eso ya le he dicho…mmmm…Me enanta!!
Quiero saber que va a pasar!!! Oh por Dioss, me dejaste con la duda del porte de un buque, es que lo dejaste todo como Uhh que va a pasar!!! Me estoy sacando los rulos de mi hermosa caballera xDD Ales es un tonto muy celoso, pero gracias a eso Caitlin volverá con Naill *-* Que hermoso :3 Yo sabía que no era ninguna "Carly" lo sabia!!! Pobre Lauren :/ Le patearé el trasero a ese tonto ¬¬' Lo juro!!!!!
ResponderEliminarBue... sube pronto porfass, besis, bye c:
AFSBSNDJDSOKJD QUE FUEEEEERRRTEEE QUE INTRIIGAAA!!! SUBE PROOONTOOOOOOOO!!! *_____*
ResponderEliminarcomo nos puedes dejar asi?? tendria que ser un delito
ResponderEliminarLeo tu novela y te sigo, de todas las de 1D esta es sin duda la mejor escrita y la más realista siendo a la vez interesante que he leído. Yo también escribo, una historia de amor. Leela si puedes, me gustaría ;)
ResponderEliminarhttp://lauramartiinez18.blogspot.com.es/